jueves, 11 de octubre de 2007

¿ Hasta cuándo negarán integración territorial del estado Bolívar ?


El lago de Guri convertido por obra y gracia de la CVG y Edelca en un
odioso muro de 200 kilómetros, que descuartiza y desintegra
territorialmente a los municipios Piar y Raúl Leoni del estado Bolívar
Mientras en el resto del territorio nacional asistimos a proceso de integración regional, para la interconexión productiva, humana y cultural de los venezolanos, impulsados por el Estado, en Guayana seguimos viviendo bajo la dictadura tecnócrata de los altos gerentes de CVG, Edelca, el Ministerio de Empresas Básicas y Minería, y organismo similares, que lejos de favorecer la movilidad e intercambio socio- cultural y económico de los grupos humanos asentados en nuestro territorio, convierten en “guetos” y campamentos a porciones enormes del espacio geográfico del estado Bolívar.
Esta visión de la CVG heredada del puntofijismo y de las concepciones desarrollistas facturada en las universidades y tecnológicos de los Estados Unidos, ha sido sostenida a lo largo de más de 40 años en Guayana por políticos de oficio, planificadores y técnicos enquistados en oficinas lujosas, que actúan como fieles defensores de modelos de crecimiento económico coloniales, en función de las necesidades de los mercados externos y las demandas de materia prima de las grandes industrias nacionales y foráneas, que no toman en cuenta las realidades del entorno social y las potencialidades de crecimiento endógeno.
Fiel ejemplo de este modelo, lo constituye el plan, aún en curso, de aprovechamiento hidroeléctrico del río Caroní, una mega obra pensada en función de las empresas básicas y de las necesidades de electricidad barata de los polos industriales y urbanos del Norte, Oriente y Centro del país, de los grandes proyectos mineros del Sur y la venta de electricidad al Brasil.
Para estos genios, a los cuales hay que aplaudirle su efectividad como creadores e impulsores de centrales de energía hídrica, también habría que cuestionarlos por el nulo valor que le han dado a las poblaciones ubicadas en el área de influencia de esos grandes proyectos, principalmente Guri, que prácticamente anuló toda posibilidad de intercomunicación, enlace e intercambio humano, económico, cultural, entre los habitantes de los municipios Raúl Leoni y Piar, extensísimas subregiones del Noreste y Centro de Guayana, que desde la elevación de la cota de inundación del embalse en 1985-1986, fueron condenados a vivir de espaldas a su histórica convivencia.
Por esta razón El Manteco, población localizada a 84 kilómetros al Sur de Upata, no tiene actualmente enlaces terrestres e incluso fluviales confiables, seguros y constantes con sus territorios hermanos del municipio Raúl Leoni, es decir con La Paragua, con Santa Bárbara, El Pao de La Fortuna o Ciudad Piar, mucho menos con Pueblo Guri. La posibilidad de contacto cultural e intercambio productivo, utilización complementaria de las potencialidades recreativas, piscícolas, hídricas, del lago han sido cercenadas por la dificultad y el riesgo que implica el cruce de un enorme cuerpo de agua artificial como el embalse de Guri, que no ofrece ningún tipo de facilidades para la integración territorial. Nadie se ha ocupado por trazarle una ruta, un canal seguro de navegación, que permita su uso como enlace fluvial, tanto en la época de lluvias como en la temporada de sequía.
Los residentes de El Manteco en virtud de esta odiosa práctica tecnócrata desconocedora de las realidades regionales e históricas, incluso vínculos afectivos, familiares, están obligados a un periplo en semicírculo de 300 kilómetros y casi 5 horas agotadoras de viaje por carreteras y autopistas, para lograr la tan ansiada conexión con el Oeste de Guayana, es decir con su hermano y limítrofe municipio Raúl Leoni, cuando de hacerlo por una ruta fluvial segura, que respete precisamente ese pasado histórico y esta conexión natural del eje transversal de Guayana, el recorrido entre ambas subregiones sería de apenas 60 kilómetros.
Upata también excluida del enlace directo con Pueblo Guri y Raúl Leoni
Este inmenso muro de agua, que por 200 kilómetros separa abruptamente a las poblaciones de los municipios Piar con las comunidades del municipio Raúl Leoni, igualmente, alcanza niveles de exclusión igual de enormes, más al Norte en la zona de El Retumbo, Norte de Piar, desde la Encrucijada de Caruachi, donde Edelca en los mismo años 80 construyó una impresionante carretera tipo A, de las mejores del país, con capacidad para un volumen apreciable de vehículos, en términos potenciales, pero que por decisión de la tecnocracia enquistada desde tiempos inmemoriales en Edelca y CVG, poseedores de la verdad absoluta y la razón de Estado Suprema, apenas es utilizada en su recorrido completo de 50 kilómetros, por unos pocos vehículos, no más de 50 al día, según nos cuentan algunos vecinos, cuyos propietarios o usuarios, han conseguido el permiso de rigor con la Gerencia de Seguridad o Protección de Planta de la empresa energética.
Es decir el Estado venezolano, se ha dado el lujo de construir, sostener, y recientemente reparar a costos milmillonarios en bolívares actuales de 2007 una vialidad de lujo, con capacidad hasta para tres vehículos en su ancho de calzada, con una espaciosa área de seguridad lateral, con 4 puentes de primera calidad, para el uso exclusivo de una élite de trabajadores y funcionarios autorizados, como si estuviéramos viviendo en plena era de las compañías petroleras y mineras gringas, que sometían al resto de los venezolanos a la exclusión y a la condición de ciudadanos de segunda o tercera.
Esta vía planificada primero como una ruta de servicio o transporte para los obreros que construyeron la etapa final de la Hidroeléctrica de Guri, ha quedado convertida en una carretera de uso práctico exclusivo para los 30 trabajadores de Edelca que viven del otro lado del río y para otros privilegiados, ya que al llegar al Portón de Acceso al área industrial de Edelca en la entrada al campamento Guri, a ningún venezolano, independiente de sus razonamientos, diligencias o del hecho de querer utilizarla como enlace directo desde el municipio Piar hacia la zona de Pueblo Guri, Ciudad Piar, o La Paragua, le está permitido transitarla.
El alegato de los gerentes de Edelca para impedir esta conexión rápida e integradora Este-Oeste, el eje Piar-Raúl Leoni, es digno de la Venezuela excluyente que supuestamente trata de superar el Estado. Para ellos Guri es zona de alta seguridad y por lo tanto de circulación restringida o prohibida a vehículos particulares, camiones de carga liviana, vehículos de pasajeros, por el interior de su zona industrial. Si este argumento fuera estrictamente cierto- no hay duda de que tiene cierta lógica por el valor estratégico de esta instalación hidroeléctrica- lo que no terminamos de entender es por qué entonces Edelca permite la circulación de miles de vehículos, a altas velocidades, sin control alguno, a toda hora del día y de la noche, muchos de ellos por conductores en estado de ebriedad, por sus instalaciones industriales de Macagua en Ciudad Guayana, exactamente al lado de áreas de alto riesgo, como la que se localizan a menos de 10 metros de los aliviaderos, a escasa distancia de las sala de máquina 3, o a un costado de la presa principal de enrocamiento del embalse. La duda que nos asalta es por qué a los conductores de Ciudad Guayana les está permitido sin restricción alguna el uso de estas excelentes vías de enlace terrestre entre San Félix y Puerto Ordaz.
Igualmente nos preguntamos por qué a quienes habitan en el olvidado municipio Piar, en Upata, y otras poblaciones cercanas al embalse de la ahora denominada Central Hidroeléctrica Simón Bolívar, y al resto de los venezolanos se nos impide transitar, por la avenida principal de la población de Guri, que por cierto está localizada a una distancia segura de las áreas neurálgicas de la central, como lo son sus aliviaderos, subestaciones, sala de máquinas, vía que constituye un excelente tramos de enlace terrestre para la integración geográfica territorial entre el Este y el Oeste de Guayana, es decir entre los municipios Piar y Raúl Leoni.
Reflexión para los reformistas constitucionales
Estas preguntas deberían ser consideradas en la actual discusión nacional sobre los temas vinculados con la necesaria integración y unidad del territorio, más aún cuando insistentemente nuestro líder el presidente Chávez alza su voz de reflexión y crítica contra las prácticas aberrantes de la tecnocracia, que ha impuesto su modelo de país, de cultura corporativa o gerencial, al resto de los venezolanos, situación que para desgracia de los guayaneses que queremos en verdad nuestro territorio, no ha cambiado prácticamente en los 9 años de transición hacia una Venezuela más justa, sin exclusión, sin privilegios.
Como habitante del histórico municipio Piar, tierra ribereña del lago de Guri, reclamo y me opongo con fuerza a esta práctica de la CVG y la jerarquía de Edelca, de habernos convertido en nuestra frontera Occidental con el municipio Raúl Leoni en dos “guetos” confinados a nuestro propio territorio, ambos de espaldas a la integración y al intercambio cultural y socio-productivo solidario al que tenemos derecho como regiones hermanas. Y el colmo no es sólo ese odioso muro lacustre de 200 kilómetros que prácticamente descuartizó al estado Bolívar, en dos “toletes” territoriales sin conexión ni intercambio, el remate de esta visión excluyente es la práctica de la CVG y Edelca, de no tomar en consideración al municipio Piar en los planes y proyectos asociados al aprovechamiento integral o uso permisible tanto en las riberas y el área de influencia del embalse de Guri, a pesar de que compartimos con Raúl Leoni más de 200 kilómetros de línea fronteriza por el centro del lago y contamos con extensísimas playas, islas, diques y áreas protectoras del embalse a lo largo de su ribera derecha.



Artículo del autor del Blog Juan Ruiz Correa, publicado en la página WEB http://www.aporrea/ el miércoles 10 de octubre de 2007-

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