Vista de la laguna que capta las aguas de la quebrada de El Caballo, en el piedemonte del Cerro El Toro.
Vista de Upata, sector Manuel Piar Sierra III desde el camino principal del Cerro El Toro.
Curso de agua deslizándose sobre rocas del precámbrico.
En reciente recorrido por el Cerro El Toro, en la ruta al sector El Dique, tributario de la quebrada de El Caballo, realizado el pasado 26 de noviembre, se confirma una vez más que a pesar de no tener un plan especial de manejo u ordenamiento de este patrimonio natural, todavía quienes visitan esta zona colinosa de Upata pueden disfrutar de un hermoso escenario tropical.
En esta área relativamente protegida de la expansión urbana se alternan pozas, quebradas, hilos de agua, bosques de mediano porte, selvas de galerías, todo ello en un ambiente muy agradable, con un clima fresco, con temperaturas medias en noviembre 2011 en torno a los 24 grados, y con una sorprendente humedad, en esta época de nortes, donde se están registrando precipitaciones inusuales de gran intensidad, que han provocado el crecimiento del caudal de las quebradas. Al lado se puede visualizar un detalle de la pequeña cascada del Dique, localizada en uno de los pequeños tributarios de la quebrada de El Caballo.
Desde uno de los valles interiores se visualiza este cerro que une el parque natural El Toro con la zona de los manantiales de La Carata.
Al fondo se observa la loma principal del Cerro El Toro
Colinas boscosas y pedregosos en la parte alta
del parque natural Cerro El Toro.
Ya entrando al valle principal del Toro a la distancia
se observan los cerros El Corozo y Cacahual.
Cerro El Toro Recorrido por sus quebradas
y diques (Texto de Guión Audiovisual)
Cerro El Toro Recorrido por sus quebradas
y diques (Texto de Guión Audiovisual)
Al Este de Upata, por la vías de Santo Domingo La Viuda, o Sierra Tres San José La Romana y Manuel Piar, se localiza el Cerro El Toro... Dicha serranía es visible desde cualquier punto del valle del Yocoima, incluso desde el lejano San Lorenzo, los altos de Guayabal, el mirador de Perico en la vía Guasipati... A su lado, han crecido urbanizaciones y barrios, que por fortuna no han trepado sus escarpadas pendientes...
Este colina precámbrica, que alterna valles, promontorios de piedra, bosques de galería, quebradas, reservorios de fauna, selvas, chaparrales, araceas, trepadoras, imponentes miradores constituye uno de los patrimonios naturales más importantes y visitados de la Villa del Yocoima...
Desde sus faldas por un camino rústico se trepa desde la cota 370 hasta los 550 metros sobre el nivel del mar. Atrás está visible el verde valle del Yocoima y más allá la sinuosidad de las colinas que roden a la capital del municipio Piar.
A un costado del bosque de galería, repleto de robles, indios desnudos, palos blancos, acacias, epífitas, y flores de montaña, estamos muy cerca de los hilos de agua, que le dan vitalidad a la quebrada de El Caballo, que ha sido punto de reunión de excursionistas y fuente hídrica de los campesinos que cultivan en sus valles de altura...
En su cauce pedrogoso, repleto de antiquísimas rocas metamórficas, gneis, granitos, este curso fluvial deja caer sus turbias aguas, para regar el piedemonte del cerro El Toro, unirse a otros arroyos y abrirse paso por tierras menos feroces hasta desembocar en el río Yocoima, allá por la zona de El Guamito.
Desde julio agosto a veces hasta noviembre, el Caballo corre impetuoso por estas pendientes, dando vida a un bosque de galeria, que da cobijo a monos araguatos, monos viudos, bandadas de guacharacas, batracios, cangrejos, insectos, arácnidos y aves cantoras...
Más arriba de su empinada cuesta final el Caballo se bifurca, en dos nacientes, una en dirección Este, cercana a la loma de la colina de las antenas...
La otra rumbo al Norte, en dirección al Cerro la Mesa y la Carata es el pequeño tributario que se desborda desde dos diques, que simbolizan la presencia humana en estos bosques de caminos de rojizo suelo, señal evidente de la abundancia de hierro atrapado en terrones oxidados...
El dique más visitado apenas dista 100 metros de las tierras cultivadas en este primer valle del Toro, lamentablemente su aspecto no es el más grato... pues su bosque exhibe los impactos del tiempo y el descuido, y las rocas y pozas suelen contener desechos sólidos, producto de la falta de sensibilidad de muchos visitantes. Lugar obligado de baños, sancochos, el Dique es uno de los atractivos de esta serranía que debería ser rescatado y protegido como centro de recreación familiar...
Más arriba, en una pequeña cuesta está el otro dique, el de mayor turbulencia, con una pequeña cascada o fosa rocosa y empinada que evita su uso masivo como balneario...
No obstante esta recta pared de duro cemento nos permite visualizar un hermoso paisaje boscoso, escuchar el canto de aves escurridizas, sentir el aroma de suelo mojado, de hojas y troncos que fertilizan la tierra, y los vuelos sorpresivos de mariposas coloridas.
Este dique nace en la profunda selva, a poca distancia de manantiales que se nutren de las colinas del Cerro La Mesa, de la cordillera de La Carata, amedia legua, o de otras montañas y planicies de la Sierra Imataca y de la ruta Upata El Buey...
Cuando llueve fuerte el Cerro El Toro rinde culto a lo verde, el agua se convierte en protagonista del paisaje, que es atravesado por centenares de hilos de agua. Por sus peñascos también se filtran corrientes fluviales que como arterias conforman la savia de vida de este parque natural.
El Toro es uno de los sitios patrimoniales del entorno natural de Upata, por suspaisajes, recursos ecológicos, miradores, con potencialidad para la recreación en familia y escolar, la investigación biológica y botánica, de fauna y geológica, para la práctica del parapente, el trote y la bicicleta de montaña, y por supuesto el excursionismo de la contemplación...
Es nuestro deber preservar a este Toro y su quebrada principal de El Caballo..No abandonarlo en el duro tiempo de sequías y quemas... Orientar a los campesinos a cuidarlo y convertirse en centinelas de este cerro cuya cúspide se eleva a 680 metros sobre el nivel del mar...
Con su quebrada El Caballo este toro mítico dibujado por el padre de los tiempos climáticos se erige por siempre en uno de nuestros más apreciados compañeros de aventura, tradición y armonía hombre naturaleza...
Ojalá y jamás desaparezca la vitalidad de este pequeño curso fluvial de montaña, fuente de inspiración para poetas y amantes de la naturaleza...
Este colina precámbrica, que alterna valles, promontorios de piedra, bosques de galería, quebradas, reservorios de fauna, selvas, chaparrales, araceas, trepadoras, imponentes miradores constituye uno de los patrimonios naturales más importantes y visitados de la Villa del Yocoima...
Desde sus faldas por un camino rústico se trepa desde la cota 370 hasta los 550 metros sobre el nivel del mar. Atrás está visible el verde valle del Yocoima y más allá la sinuosidad de las colinas que roden a la capital del municipio Piar.
A un costado del bosque de galería, repleto de robles, indios desnudos, palos blancos, acacias, epífitas, y flores de montaña, estamos muy cerca de los hilos de agua, que le dan vitalidad a la quebrada de El Caballo, que ha sido punto de reunión de excursionistas y fuente hídrica de los campesinos que cultivan en sus valles de altura...
En su cauce pedrogoso, repleto de antiquísimas rocas metamórficas, gneis, granitos, este curso fluvial deja caer sus turbias aguas, para regar el piedemonte del cerro El Toro, unirse a otros arroyos y abrirse paso por tierras menos feroces hasta desembocar en el río Yocoima, allá por la zona de El Guamito.
Desde julio agosto a veces hasta noviembre, el Caballo corre impetuoso por estas pendientes, dando vida a un bosque de galeria, que da cobijo a monos araguatos, monos viudos, bandadas de guacharacas, batracios, cangrejos, insectos, arácnidos y aves cantoras...
Más arriba de su empinada cuesta final el Caballo se bifurca, en dos nacientes, una en dirección Este, cercana a la loma de la colina de las antenas...
La otra rumbo al Norte, en dirección al Cerro la Mesa y la Carata es el pequeño tributario que se desborda desde dos diques, que simbolizan la presencia humana en estos bosques de caminos de rojizo suelo, señal evidente de la abundancia de hierro atrapado en terrones oxidados...
El dique más visitado apenas dista 100 metros de las tierras cultivadas en este primer valle del Toro, lamentablemente su aspecto no es el más grato... pues su bosque exhibe los impactos del tiempo y el descuido, y las rocas y pozas suelen contener desechos sólidos, producto de la falta de sensibilidad de muchos visitantes. Lugar obligado de baños, sancochos, el Dique es uno de los atractivos de esta serranía que debería ser rescatado y protegido como centro de recreación familiar...
Más arriba, en una pequeña cuesta está el otro dique, el de mayor turbulencia, con una pequeña cascada o fosa rocosa y empinada que evita su uso masivo como balneario...
No obstante esta recta pared de duro cemento nos permite visualizar un hermoso paisaje boscoso, escuchar el canto de aves escurridizas, sentir el aroma de suelo mojado, de hojas y troncos que fertilizan la tierra, y los vuelos sorpresivos de mariposas coloridas.
Este dique nace en la profunda selva, a poca distancia de manantiales que se nutren de las colinas del Cerro La Mesa, de la cordillera de La Carata, amedia legua, o de otras montañas y planicies de la Sierra Imataca y de la ruta Upata El Buey...
Cuando llueve fuerte el Cerro El Toro rinde culto a lo verde, el agua se convierte en protagonista del paisaje, que es atravesado por centenares de hilos de agua. Por sus peñascos también se filtran corrientes fluviales que como arterias conforman la savia de vida de este parque natural.
El Toro es uno de los sitios patrimoniales del entorno natural de Upata, por suspaisajes, recursos ecológicos, miradores, con potencialidad para la recreación en familia y escolar, la investigación biológica y botánica, de fauna y geológica, para la práctica del parapente, el trote y la bicicleta de montaña, y por supuesto el excursionismo de la contemplación...
Es nuestro deber preservar a este Toro y su quebrada principal de El Caballo..No abandonarlo en el duro tiempo de sequías y quemas... Orientar a los campesinos a cuidarlo y convertirse en centinelas de este cerro cuya cúspide se eleva a 680 metros sobre el nivel del mar...
Con su quebrada El Caballo este toro mítico dibujado por el padre de los tiempos climáticos se erige por siempre en uno de nuestros más apreciados compañeros de aventura, tradición y armonía hombre naturaleza...
Ojalá y jamás desaparezca la vitalidad de este pequeño curso fluvial de montaña, fuente de inspiración para poetas y amantes de la naturaleza...
COMO QUISIERA QUE EL CERRO EL TORO FUERA PARA UPATA COMO EL WARAIRA REPANO LO ES A CARACAS...
ResponderEliminarBUENO SU TRABAJO..
ESTUDIANTE DE TURISMO..