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El Sol de los Venados casi oculto por uno de los tantos incendios de vegetación, en la llanura del Yocoima, cerca del fundo Las Llaves carretera Upata Guasipati Km 6 |
Hato cerca de la encrucijada de la vía Manganeso con la carretera a Guasipati |
Contraste entre el verde sereno del hato y el Cerro El Totumo en el sector Manganeso frontera de los municipios Piar y Padre Pedro Chien. |
Lomas, hatos, montes y cerros de Upata desde la vía a Manganeso |
Luego de un febrero de suaves temperaturas y lluvias constantes en su primera quincena llegamos a un mes de marzo típicamente seco, con calores extremos que en Upata han llevado el termómetro a los 33 grados centígrados de máxima, con promedios en torno a los 26 grados y con mínimas habituales entre 23 y 24 grados.
Desde hace dos semanas, es decir desde la última semana de febrero, no llueve en estas tierras del noreste de Guayana, las quebradas se han secado, las lagunas o tapones están llegando a sus mínimos, y el verde progresivamente está dando paso en las sabanas y áreas de pastoreo a un tono entre marrón y negro, como consecuencia de las constantes quemas forestales.
Llanuras Colinas Sabanas de Upata a través del lente de Gary disponible en el portal Vimeo, este documental fue insertado en el año 2010 y nos permite visualizar el paisaje de los campos ganaderos localizados al Sur de la ciudad, en la vía Guasipati, en la temporada de sequía,
Sin embargo, en algunos valles, y hatos, o en las franjas vegetales que protegen cauces y esteros, todavía se pueden visualizar los tonos verdes típicos de las regiones más húmedas de los municipios Piar y Padre Chien del estado Bolívar, localizadas al Este y Sur de Upata.
Fuertes vientos en las horas más calientes, de insolación intensa, propias de cielos despejados, favorecen la propagación de humo, y la presencia de una bruma densa que convierte en irrespirable el aire, que se origina en los incontables incendios típicos de este tiempo de calor intenso.
Paisajes de Guayana, del Este y el Norte de Guayana, no obstante siguen guardando esa imagen serena de cerros pardos y sabanas y colinas tapizadas de verde a pesar del verano, donde pastan los rebaños de una ganadería de tres siglos, que a pesar de malos augurios o lamentos sigue siendo la actividad productiva económica fundamental de esta subregión del estado Bolívar.
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