domingo, 7 de julio de 2013

Por los caminos y el tiempo en Upata: Semblanza fotográfica de la Villa del Yocoima a sus 251 años de historia

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Desde la montaña, desde el Cerro El Toro una imagen apacible de Upata, un valle hermoso rodeado de colinas y el prodigioso vergel del trópico guayanés.
Actividad urbana en la avenida Raúl Leoni, rumbo al Este de la Villa del Yocoima
Calle Bolívar con Urdaneta, con el edificio sede de la Alcaldía de Piar.
Valle del Yocoima al Este, visible el sector San José y Sierra III, zonas populares de Upata, al fondo colinas del Sureste.
Autopista Upata Guasipati tramo Aeropuerto Planta de Asfalto
Cerro El Toro desde el valle del Candado Las Llaves
Aunque la huella del habitante de nuestras etnias indígenas en este territorio hermoso que hoy conocemos como Upata se remonta a siglos o quizás milenios, nuestro valle del Yocoima desde 1762 un 7 de julio inició su tránsito vital como Villa de Españoles, fecha que cada año es celebrada con diferentes actos oficiales, con su epicentro en la Plaza Bolívar. 
Este 2013 no fue la excepción y la ciudad, sus voceros civiles, comunitarios, artistas, educadores, funcionarios públicos, se reunieron con sus autoridades para celebrar el 251 aniversario de su fundación por los padres capuchinos catalanes. Nació con familias fundamentalmente canarias, con el rango de centro administrativo del poder civil español, en juego de equilibrio con el régimen político de las llamadas Misiones del Caroní, que en muchas ocasiones veían con recelo las actuaciones de la burocracía seglar o laica, representantes civiles del poder imperial español.
A lo largo de su accidentada historia, de altos y bajos, Upata fue primero Villa, luego capital de Cantón, después centro administrativo del Departamento Guzmán Blanco. 
Serranía desde el Valle El Candado, estribaciones occidentales de Imataca El Buey
Con el siglo XX la ciudad se convirtió en la capital del Distrito Piar, un territorio administrativo enorme, cuya frontera Norte era río Orinoco, en lo que hoy es San Félix y Río Claro, y con otra línea limítrofe estratégica al Sur la colocaba en posición de contacto con la República Federativa de Brasil.
Entrando en la década de los 90 del siglo pasado, Upata fue ratificada por su importancia como centro poblado como la capital del Municipio Piar, al tiempo que ese inmenso territorio que le correspondío administrar se fue reduciendo, cuando en sucesivos años su territorio Sur en el Parque Nacional Canaima, y la zona de El Palmar pasaron a formar parte de los municipios Gran Sabana y Padre Pedro Chien.

POTENCIALIDAD CARENCIAS

Upata hoy roza o supera los 100 mil habitantes, concentrados en un valle que ya se expande por los cuatro puntos cardinales, en un proceso de poblamiento y urbanismo no siempre planificado, que ha implicado intervenciones y afectaciones al medio ambiente severas, en medio de un paisaje y relieve relativamente accidentado al Norte, y Oeste, y relativamente plano tipo llanura en su prolongación Este y Sur.
Ciudad de servicios comerciales, con muchas entidades bancarias, con una base productiva vinculada con los sectores forestales, agrícolas, ganadería, que reúne en su territorio aserraderos, plantas lácteas, incontables carpinterías, centros de abastecimiento de alimentos, telecomunicaciones, y sobre todo con un enorme contingente de funcionarios públicos vinculados con entidades nacionales, regionales, locales, donde sobresalen los sectores educativos, de salud. 
Avenida Alberto Ravell en La Antena

En su amplio valle se han conformado y desarrollan su actividad cotidiana, laboral y emprendimientos familias y organizaciones productivas vinculadas con la tradición y la economías, artistas, cultores de creatividad prodigiosa y una variada presencia de colonias extranjeras, italianos, españoles, portugueses, colombianos, peruanos, chilenos, ecuatorianos, brasileños, sirios, libaneses, y ahora con fuerza asiáticos chinos. Olas de inmigrantes del Oriente Venezolano, en particular de los estados Monagas y Sucre, en la década de los 60 con el auge industrial de Ciudad Guayana y El Pao,  además de andinos convocados a trabajar en la UNEG Industrias Forestales, más recientemente también hicieron de Upata su Patria Chica y hoy han dejado huella y simiente con su aporte al desarrollo y progreso de la ciudad. 

UPATA ALTIVA ES PRESENTE Y FUTURO

Todos ellos hoy celebran el 251 aniversario de Upata con la esperanza y el convencimiento de que nuestra ciudad, a pesar de sus contradicciones, es una morada de vida y de retos cuyo límite está en el infinito, y que, a pesar de marchas y contramarchas, a pesar de su regulación urbana tan inexistente, y de sus fallas en servicios básicos, avanza indetenible hacia su desarrollo y consolidación como una de las moradas y ciudades fundamentales del Sur de Venezuela.
En esta oportunidad insertamos imágenes fotografías que retratan parte de esta vitalidad y variedad de paisajes y escenarios de nuestra amada Villa del Yocoima Upata San Antonio de Upata Up Ata Rosa de Montaña y hermoso valle pueblo ciudad del cual nos sentimos orgullosos y corrsponsables de su futuro, de su destino, de su presente, del pasado que constituye la memoria histórica de un colectivo que siempre ha sabido superar sus miserias y fallas para erguirse como epicentro de creación, de encuentro y de intercambio cultural y económico. 
Final de la calle Páez en el Casco Central de Upata

El cerro El Corozo al fondo visto desde la parte alta de la Urb Libertador vía Colinas del Yocoima
UPATA Y SUS CASAS MUERTAS


Casas Muertas diría Miguel Otero Silva, Upata también las tiene y muchas. Su casco histórico, viejo, ya no existe sino en el recodo breve de algunas de sus estrechas calles, en la Sucre frente a la Plaza Bolívar, bajando la misma Sucre, tramos de las calles Libertad, una que otra casa semiderruída en la Polanco, otras no tan viejas en la Páez, en la Piar, en  la Unión, en la Vargas, son ciertamente oasis de la antigua técnica de construcción de dos aguas, amplios ventanales, zaguanes y patios repletos de flores, helechos, plantas ornamentales y frutales, soberaos, cuartos que dan a las calles y ese sabor a pueblo, que ya casi ni se siente, ante tanto edificio vertical horizontal, funcional y en muchos casos anti estético. En verdad es muy poco la memoria de la ciudad de 251 años, muchos de sus rincones del pasado ya se fueron, ni el Aeropuerto de la ciudad, allá por Las Llaves, vía Guasipati se salva del olvido y hoy su pista ya no recibe aeronaves y su edificio de servicio sin uso, maltrecho y sin techo revela que es una infraestructura inservible. Acá insertamos a modo de reflexión crítica algunas muestras de esa pueblerina villa que mientan de San Antonio y que rinde homenaje a la India mítica Upata.
Secuencia gráfica, arriba vieja casona en la calle Piar con Ayacucho, demolida en el 2012, hoy asiento de un centro comercial asiático. Al medio la vieja Casa Piar, hoy en ruina total, destruida, convertida en promentorio de escombros y maleza, abandonada y sin proyecto alguno de recuperación. Más abajo el viejo edificio del Aeropuerto de Upata, construido en los 60 del siglo pasado, otra infraestructura abandonada, al fondo el Cerro El Toro. Abajo insertamos otras fotografías de barrios, urbanismos y rincones de Upata, que muestran esa cara no  grata de carencias y falta de planificación. 
Bloques de la Urbanización El Bosque en el sector Libertador de Upata, y vieja casa de bahareque en Santa Rosa, presente y futuro de Upata, dos técnicas diferentes de entender y asumir la convivencia familiar y vecinal en la ciudad, ambas sufren un marcado deterioro por ausencia de un plan oficial de ayuda a quienes allí residen. 

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