En mayo así florecía este araguaney en la Plaza Miranda |
El 7 de junio apenas comenzaban las lluvias torrenciales |
19 de junio las lomas todavía no mostraban su verdor característico de la temporada de lluvias. |
La quebrada del Caballo en junio, ese mes la vegetación comenzaba a recuperar su follaje y verdor, luego de una sequía intensa que se prolongó hasta finales de mayo. |
Finalizando junio florecían las bauhinias patas de vacas del cerro El Toro. |
9 de julio aspecto del valle del Yocoima desde el cerro El Toro. |
La masa boscosa del cerro El Toro adquiría mayor verdor y espesura el 9 de julio, al arreciar las lluvias en Upata. |
Quebrada del Caballo el 9 de julio luego de intensas lluvias. |
17 de julio lluvias persistentes caen sobre Upata, el cerro Grande de Guacarapo refleja la humedad en plena tarde de tormentas. |
Entre lo más resaltante de este periodo tenemos los 1100 milímetros de lluvia que han caído sobre la ciudad en apenas 7 meses (junio a diciembre), lo cual es un registro inusualmente extremo para el valle del Yocoima, donde normalmente una precipitación de esta magnitud se reparte a lo largo del año y no se concentra en tan pocos meses. A continuación insertamos el registro de las lluvias en este lapso y la comparativa con la registrada en el año 2019.
2020
Enero 23 mm
Febrero 18 mm
Marzo 11 mm
Abril 3 mm
Mayo 12 mm
Junio 164 mm
Julio 196 mm
Agosto 328 mm
Septiembre 142 mm
Octubre 103 mm
Noviembre 86 mm
Hasta el 30 de diciembre 104 mm
2019
Enero 1 mm
Febrero 0 mm
Marzo 0 mm
Abril 3 mm
Mayo 34 mm
Junio 158 mm
Julio 185 mm
Agosto 280 mm
Septiembre 91 mm
Octubre 43 mm
Noviembre 78 mm
Diciembre 77 mm
Acumulado 2019
950 mm
11 de agosto lluvias matutinas mantenían muy húmedo y nublado bosques de la serranías norteñas de Upata. |
Sabanas y bosques de montaña en la temporada de lluvias |
Río Yocoima un días después de la inundación del 31 de agosto |
Cupapuicito en creciente máxima el 31 de agosto |
El pico en esta ocasión no fue ni junio ni julio, sino el mes de agosto, cuando en la ciudad y sus alrededores se presentaron lluvias extraordinarias como la del 31 de ese mes, que provocaron el desborde histórico del río Yocoima, tras una precipitación de 6 horas que arrojó más de 100 litros de agua por metro cuadrado. En total en el octavo mes del año según nuestros cálculos propios cayeron 328 mm de lluvia, lo que representa el doble al promedio histórico para ese lapso.
2 de septiembre la quebrada del Caballo después de lluvias intensas. |
6 de octubre colinas y cerros en mañana parcialmente nublada |
15 de octubre un aspecto del cerro de La Mesa y sus valles |
El detalle es que no hubo canículas, es decir la sequía moderada, que se suele presentar durante la primera quincena de agosto, no ocurrió; por el contrario las lluvias arreciaron durante todo el mes, igualmente tampoco hubo el receso en las precipitaciones que suele ocurrir entre finales de septiembre y octubre, ya que en ese periodo continuaron las lluvias de moderadas a intensas, alternadas con muy pocos días de insolación extrema.
Comenzando noviembre o finalizando octubre se esperaban los nortes o lluvias moderadas y continuas, no obstante lo que sucedió fue que las lluvias se mantuvieron igual de intensas, a semejanza de lo que ocurre en junio, julio y agosto, y ello provocó que el caudal del río Yocoima y sus pequeños tributarios, se mantuviera en sus picos. En el caso de la quebrada de El Caballo no ha dejado de correr con fuerza en sus nacientes del cerro El Toro, brindando oportunidades de recreo a los bañistas por más de 5 meses desde que alcanzó su mayor caudal promedio.
Finalizando noviembre florecieron las calandrias o yucuares en la cima del cerro El Toro al lado de las antenas. |
Vegetación silvestre en mañana soleada en las colinas de Upata |
Valle del Yocoima desde el cerro Guacarapo Grande, después de una lluvia matutina en noviembre, visibles el sector San Marcos y Santo Domingo. |
Noviembre destacó este año como otro mes lluvioso. En cuanto a la temperatura hay que precisar que octubre y las dos primeras semanas de noviembre respondieron al patrón histórico, por lo menos en cuanto a las máximas, con registros cercanos a los 33 grados. Después del 15 de noviembre comenzó a refrescar el clima, y las mínimas bajaron hasta los 21 grados promedio, luego de varios meses en 22 grados, mientras que las máximas descendieron a un valor promedio de 31 grados.
Ya en diciembre hemos tenido algunas mañanas con temperaturas mínimas de 19 y hasta 18 grados, y en promedio rozan los 20 grados, un registro bastante fresco o frío como solemos decir en nuestra ciudad. Las máximas en este mes final del año de la Pandemia del Coronavirus no superan los 30 grados normalmente y hemos tenido días continuos con registros de 27 grados como máxima, y jornadas como la del 30 de diciembre penúltimo día del año, con una máxima de apenas 25 grados. En las noches finalizando el año el promedio entre 7 y 12 de la noche es de 23 grados, y para la madrugada hasta las 6:00 am, han descendido a 20 grados como constante, con algunas jornadas en torno a los 19 grados.
Muy probablemente para enero del 2021 de mantenerse este ciclo inusual o extraordinario de jornadas diurnas lluviosas, es decir baja insolación, tiempo nublado permanente, las mínimas podrían descender a 17 grados durante varios días, lo que ocurre normalmente cuando en la noche se despeja el cielo y esto permite un mayor enfriamiento de la superficie.
Lluvia torrencial el 26 de diciembre en la Plaza Miranda |
Al fondo el cerro Guarapo y La Virgen desde Bicentenario I una mañana lluviosa de finales de diciembre |
Neblina en lo alto de la serranía, visible desde el sector Manuel Piar |
Diciembre del 2020 hasta la fecha 30 de diciembre ya se ha convertido largamente en uno de los meses más lluviosos del año, cuando lo normal es que sea un mes de lluvias alternadas y de baja intensidad, al igual que enero. Según los registros históricos diciembre suele ser un mes de transición hacia la temporada seca, porque para la fecha por efecto del desplazamiento aparente del Sol hacia el Sur, gran parte de Venezuela queda fuera de la influencia de la Zona de Covergencia Intertropical, lo que provoca a su vez la ausencia de nubes de desarrollo vertical tipo cumulonimbus y la persistencia de vientos más fuertes del noreste pero con menos humedad. Tal situación no ha ocurrido, ciertamente estamos fuera de la ZCI pero como estamos en un año anormalmente húmedo tenemos un mes diciembre excepcionalmente lluvioso, que está cerrando con un registro de precipitación probablemente superior a los 100 mm. Hemos tenido en esta última semana de diciembre en Upata y sobre todo al norte del Valle, lluvias muy intensas, persistentes, algunas incluso se han extendido hasta bien entrada la noche, y se han presentado eventos atmosféricos tormentosos en el sistema colinoso que va desde la serranía de El Toro, Mesa La Carata hasta los relieves escarpados de los cerros de Sabanetica Sabaneta, y en la ruta al Sur rumbo Guasipati y El Manteco, donde se han sentido con fuerza los vientos alisios del noreste transportando humedad.
Hasta la fecha 31 de diciembre la situación es la siguiente: la quebrada de El Caballo continúa en los máximos del año, el verdor sigue siendo la constante en la zona y se han presentado algunas neblinas en el valle y sus alrededores, o en la cima de los cerros de mayor altitud. La humedad se siente con particular intensidad en el sereno, por el olor a tierra mojada y vegetación exuberante y fragancias silvestres en las zonas rurales, donde el nivel freático se mantiene alto, y el suelo recargado de agua, es decir barroso, sigue siendo la constante. De mantenerse esta tendencia, generada probablemente por la activación en esta temporada del fenómeno de la Niña en el Pacífico suramericano, que se caracteriza por más bajas temperaturas en el litoral de Ecuador, Perú y Chile, lo más seguro es que enero sigamos disfrutando de este clima lluvioso, y que posiblemente solo a finales de febrero, marzo, y parte de abril, se puedan sentir los efectos normales de la temporada de sequía, que obviamente estará restringida a solo 3 meses, cuando lo normal es que se extiende de 4 a 5 meses.
Esta situación extraordinaria en definitiva debe obligar a las autoridades locales a apresurar, o adelantar para marzo en vez de abril, el plan anual de mantenimiento o limpieza de quebradas, y cauces naturales que atraviesan la ciudad, para prevenir inundaciones. Probablemente tendremos una temporada de lluvia que podría arrancar con fuerza en el mes de mayo, o en caso extremo a finales de abril, si se mantiene esta tendencia extraordinaria o ciclo de humedad continua que estamos viviendo desde junio de este año y que sigue en curso, ya que han sido 7 meses sin tregua en las precipitaciones.
Para ilustrar este pequeño recuento sobre las condiciones atmosféricas que vivimos en este año 2020, insertamos algunas imágenes demostrativas de la intensidad de este ciclo de lluvias y humedad extrema que estamos viviendo desde el mes de junio en Upata, su valle del Yocoima y el sistemas de colinas que nos rodean.
Para ilustrar este pequeño recuento sobre las condiciones atmosféricas que vivimos en este año 2020, insertamos algunas imágenes demostrativas de la intensidad de este ciclo de lluvias y humedad extrema que estamos viviendo desde el mes de junio en Upata, su valle del Yocoima y el sistemas de colinas que nos rodean.
No recuerdo haber visto fotos del río Capaucito...Lo deconocía, pero menos mal que me lo has presentado. Gracias por ese reporte tan completo del año.
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Y ya que eres periodista, y para salvar la fecha, te voy a enviar algo que sé que te interesará
http://tigrero-literario.blogspot.com/2015/01/para-eduardo-j.html
Saludos Alí. El Cupapuicito es el riachuelo que nace en la zona alta boscosa de Sabanetica vía El Pao y que nutre la represa vieja del mismo nombre que desde la década de los 50 suministra el vital líquido a la zona central de Upata. Cuando el embalse está lleno alivia hacia la parte baja del mismo cauce, que al llegar a la zona urbana atraviesa los sectores La Caramuca, 19 de Abril, Tocorito y calle Piar hasta su desembocadura en el Yocoima cerca del puente Bolívar.
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