155 años de historia lo erigen como Patrimonio Material histórico y cultural más importante de la Villa del Yocoima |
Panteón de la familia Fernández en mayo de 2023.
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El mismo panteón en el año 2013. |
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Nuevas y viejas estructuras funerarías del Cementerio.
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Tres de los panteones familiares más antiguos de Upata: Familias Delgado, Fernández y Cova.
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El panteón más antiguo de todos, data de 1866, aquí reposan integrantes de la familia Rodríguez Gómez. |
La historia de las ciudades y en especial la de sus personajes más representativos está muy bien representada en los cementerios. Donde por lo general reposan en el descanso eterno aquellas mujeres y hombres ligados a lo que ha sido su historia, sus avances, su desarrollo intelectual, profesional, artistas, empresarios del comercio y las industrias.
En los camposantos tenemos allí sembradas a la gente vinculada con el quehacer de su devenir como pueblo, provenientes de todos los estratos sociales: desde seres humildes y de trabajo anónimo, provenientes de familias con muy escasos recursos, hasta ciudadanos que por sus capacidades económicas, intelectuales, profesionales y vinculación con el poder político, militar, religioso, formaron parte de la élite social de la ciudad. Todos en una comunidad silenciosa de iguales, donde la distinción entre unos y otros está marcada eso sí por la diferenciación que se puede deducir de un trabajo funerario ostentoso, con mármol y granito de mayor calidad, monumentos, panteones, esculturas y fotografías, que marcan la distinción entre el vecino del barrio obrero, proletario, descamisado, campesino, desempleado, y el empresario, ganadero, comerciante, o el intelectual y el político que tienen allí su morada de reposo final.
No sabemos dónde estuvo el primer cementerio de Upata
En el caso de Upata, no existe un registro sobre un cementerio anterior al que está ubicado, a escasas tres cuadras del antiguo centro de la ciudad. Esta Villa, desde su fundación en 1762 hasta la primera mitad del siglo XIX, jamás contó con un templo de sólida construcción y dimensiones, acorde para ser utilizado como casa de oración y panteón en criptas subterráneas de los miembros de sus clases pudientes, oficiales de gobierno y sacerdotes. Por lo que no se tiene registro de que las antiguas iglesias de la villa de Upata, viejas construcciones de bahareque o mampostería de escasa solidez, hayan dado cobijo de forma generalizada a los restos mortales de algún personaje ilustre de esta población. Es decir nuestra localidad sede administrativa de las Misiones del Caroní, luego cuartel general del Ejército Libertador desde febrero de 1817, cabecera de cantón y luego de municipio, durante su primer siglo de vida no tuvo mayor desarrollo en lo atinente a su arquitectura constructiva oficial, religiosa, y privada; y por ende no tenía los recursos públicos suficientes para sufragar los costos que implica la erección de un cementerio público o un templo mayor que pudiese ser utilizado para el entierro de sus hijos ilustres o pudientes.
Este camposanto se comenzó a erigir a mediados de la década del 60 del siglo XIX gracias al trabajo de la Sociedad de Beneficiencia, de la cual era miembro principal el empresario Pedro Cova. Esta organización no gubernamental desplegó entonces un trabajo arduo para dotar a la villa de los servicios esenciales propios de la modernidad y el progreso, entre otros un centro de salud o hospital, cementerios, y escuelas públicas. Ante la escasez de recursos de parte del Estado y el gobierno local, esta Sociedad promovió la construcción de nuestro Cementerio Monumental o Principal, para lo cual dispuso de un terreno de más de 2 hectáreas, en una parcela amplia y bien nivelada, localizada a medio kilómetro del casco tradicional de la villa. "Dicho cementerio era entonces un notable edificio digno de un pueblo culto y cristiano", según se registra en la obra Apuntes Estadísticos del estado Guayana del año 1876, editada por la Dirección General de Estadísticas y Censos Nacionales de Venezuela.
En otro documento de la época se especifica en concreto que el Cementerio Principal de Upata tiene su inicio en octubre de 1863, cuando fue colocada la primera piedra para su ejecución como obra pública.
Sigue vigente el Viejo Cementerio
El Cementerio Viejo durante más de siglo y medio sigue vigente como la construcción más antigua de la ciudad, que hoy por cierto y pese a que a simple vista pareciera no tener espacio para más difuntos sigue siendo utilizado por numerosas familias de la población, para enterrar a sus parientes fallecidos. Hay que destacar en este sentido que desde 1981 Upata ya tiene un nuevo camposanto municipal de mayores dimensiones y con un terreno muy grande para futuras ampliaciones como lo es el Cementerio General de San Lorenzo, distante 6 kilómetros al sur del casco urbano de la ciudad.
El Cementerio Viejo de Upata en resumen es un buen ejemplo de cementerio que se ha conservado como zona patrimonial. El cementerio fue fundado en 1868 y está ubicado en el centro de Upata. Es el hogar de una serie de importantes monumentos o panteones familiares, entre los cuales podemos citar el de las familias Cova, Fernández, Delgado, Rodríguez Gómez, entre otras.
Valor patrimonial de los cementerios
Los cementerios son áreas patrimoniales importantes por varias razones. Pueden proporcionar información valiosa sobre la historia de una comunidad, sus costumbres sociales y sus creencias religiosas. También pueden ser lugares hermosos y tranquilos para visitar, ofreciendo un sentido de historia y reflexión.
En el pasado, los cementerios a menudo se ubicaban dentro o cerca de las iglesias. Esto se debió a que la gente creía que los muertos debían ser enterrados cerca de un lugar sagrado. Sin embargo, a medida que crecían las ciudades y se expandía la población, se hizo necesario construir cementerios fuera de la ciudad. Esto condujo al desarrollo de grandes cementerios ajardinados que fueron diseñados para ser hermosos y funcionales.
Además de su valor histórico y estético, los cementerios también pueden desempeñar un papel importante en el entorno natural. Muchos cementerios albergan una variedad de árboles, arbustos y flores, que pueden proporcionar un hábitat para la vida silvestre.
Por todas estas razones, es importante preservar los cementerios como áreas patrimoniales. Son recursos valiosos que pueden enseñarnos sobre nuestro pasado, brindarnos una sensación de paz y tranquilidad, y ayudar a mejorar el medio ambiente.
Los cementerios están protegidos por ley, que prohíbe la destrucción o alteración de sus estructuras o monumentos. En Venezuela, el Instituto del Patrimonio Cultural (IPC) es responsable de la protección del patrimonio cultural, incluidos los cementerios.
El IPC y otras organizaciones trabajan para educar al público sobre la importancia de preservar los cementerios. Esto incluye enseñar a las personas sobre la historia de los cementerios, su importancia cultural y la importancia de respetar a los muertos. Pese a esta necesidad de conservación de una instalación pública fundamental el Cementerio de Upata no cuenta con un plan de trabajo gubernamental para fortalecer la preservación de esta infraestructura, que forma parte del Patrimonio Cutural Venezolano, en su capítulo constructivo.
La preservación de los cementerios requiere financiamiento. Esta financiación puede provenir de una variedad de fuentes, incluido el gobierno, donaciones privadas y patrocinios corporativos.
El Cementerio Viejo de Upata por ser un espacio público está bajo la responsabilidad de la Alcaldía del Municipio Piar, que tiene allí instalada una oficina para su administración, control, y mantenimiento, adscrita a Ingeniería Municipal y Desarrollo Urbano. No hay organizaciones de voluntarios que trabaje para preservar este cementerio viejo o que brinden una variedad de servicios, como limpieza y reparación de monumentos, eliminación de grafitis y jardinería, labores que suele ejecutar periódicamente en fechas especiales la Alcaldía y eventualmente los propios familiares de los difuntos, con disponibilidad de tiempo, recursos y por estar todavía residenciados en la zona.
Es importante destacar finalmente que por su superficie y tiempo de uso el camposanto está ya saturado de tumbas desde hace décadas, por lo que cuenta con muy pocas áreas verdes, salvos árboles aislados, entre otros un mango, un cedro amargo, la flor de la reina, algunas atapaimas o amapolas, y un pequeño bosque de cedros y caobos, localizado en su patio frontal, a escasa distancia de la avenida Valmore Rodríguez.
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Paso del tiempo borró la huella de identidad de este monumento.
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Trabajos escultóricos fabricados en Caracas por maestros marmoleros se exhiben en el Cementerio.
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Aquí en el cementerio descansa en paz el padre Juan Louro sacerdote de Upata entre la década de los 60 y 70, párroco de San Antonio de Padua, iglesia principal de la ciudad. |
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El Cementerio y su guardián el Cerro El Corozo al fondo.
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El Cementerio de Upata, vista desde el Cerro El Corozo.
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Plegaria al Cielo y el creador.
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Cristo crucificado.
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La Virgen María se repite como motivo en decenas de tumbas.
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La vida es finita, así lo reza esta capillita funeraria.
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Registro del año de fundación del Cementerio de Upata obra promovida y costeada por el empresario Pedro Cova.
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Entre el arbusto de quebrahacho sobresale la escultura religiosa
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Ángel de la Guarda dulce compañía.
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San Antonio y el Niño.
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120 años tiene esta tumba, que ha resistido el paso del tiempo. |
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Otra tumba de la familia Lanz, ésta data de 1916. |
Aquí reposa Juan Melgar, una de las matronas más antiguas de Upata, nacida en 1845 y fallecida en 1951 a los 106 años.
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Otra plegaria al Creador.
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Figura religiosa sobre una tumba de muy vieja data en el Cementerio.
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Divino Niño.
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Sobre el Ángel las palomas como símbolo de paz.
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Paso del tiempo y abandono en esta vieja capilla.
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El cementerio colindando con los patios del sector Tavera Acosta de Upata.
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La Virgen y el Niño.
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Entrada Norte del Cementerio.
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Solo un túmulo encementado y una tumba sin nombre, una de tantas en el camposanto.
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111 años tiene este trabajo funerario.
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Otra tumba de principios de siglo XX, construida en manpostería. La foto data de 2013. Hoy en 2023 ya el tiempo y el pillaje terminaron por arrsarla y destruírla.
Excelente entrada. Ningún pueblo está completo si no se aprecia su cementerio. Acá hay un mundo escultórico maravilloso. Verdaderos artistas del mármol pero que pasaron desconocidos. Es una buena noticia que este cementerio se mantenga como parimonio de Upata. Fíjate que en Coro, cuyo casco es patrimonio de la Humanidad, arrazaron con el cementerio viejo, que por supuesto era uno de los más antiguos de las tres Américas. Por lo menos se mantiene en pié el cementerio judío de Coro, que es el más antiguo de las Américas y todavía en funcionamiento.
ResponderEliminar~~~
Una entrada que nos obliga a refelxionar de quées lo que en realidad vamos a dejar en este mundo cuando seamos polvo