Tras 15 meses de lluvias continuas y temperaturas agradables, abruptamente el mes de septiembre del 2021 nos sorprende con un repentino y excesivamente prolongado ciclo de sequía extrema, que va para cuatro semanas, en el cual la temperatura ambiente a la sombra se ha elevado puntualmente hasta los 36 grados, con promedios superiores a los 27 grados, acompañado de cielos totalmente despejados, alta insolación por supuesto y cese casi absoluto de las lluvias. A continuación insertamos en el blog el balance del tiempo atmosférico de este noveno mes del año.
Este cambio repentino se inició después del 3 de septiembre. A partir de esta fecha en la ciudad de Upata y sus alrededores hemos vivido una sequía inusual para esta época del año, dando por finalizado el reciente ciclo de 15 meses de lluvias constantes. Desde ese día hasta el sábado 25 de septiembre en la ciudad solo se ha registrado un evento lluvioso moderado, con una precipitación de apenas 12 mm. Antes de esa fecha en la Villa del Yocoima habíamos padecido las secuelas de lluvias torrenciales, que como nota curiosa se solían presentar con mayor intensidad en horas nocturnas, y que de forma alternada se presentaban durante el resto del día, tanto en las mañanas, como en las tardes.
De hecho a finales de agosto se repitieron las lluvias torrenciales al mismo nivel de intensidad que las registradas en ese mismo mes el año 2020, y las secuelas se dejaron sentir en diversos sectores de la ciudad de Upata, que padecieron fuertes inundaciones, ante las crecientes del río Yocoima y sus pequeños afluentes.
Balance del mes hasta el 25 de septiembre
Incendio forestal en el Cerro Guacarapo La Viuda el viernes 24 de septiembre. |
Este descenso de lluvias ha sido acompañado por un ascenso de más de 3 grados en la temperatura promedio de 24,5 grados a 27,5 grados.
El acumulado de precipitación del 2021 de esta forma vuelve a estar en un valor moderadamente superior al promedio anual, con lo cual posiblemente las lluvias cuando mucho se ubicarán en un valor en torno a los 1200 mm y no aproximándose a los 1500 mm como venía marcando la tendencia.
Es decir se rompe el ciclo de lluviosidad extrema en el valle de Yocoima que se inició en mayo junio del año 2020. Lo que posiblemente se deba a la normalización de la temperatura de las aguas en el Pacífico, y el cese del fenómeno de la Niña, causante del reciente ciclo de lluvias extremas en la Guayana venezolana.
A pesar de estas condiciones extremas los mantos boscosos en torno a la ciudad mantienen su verdor, debido al acumulado de humedad en sus sustratos.
De mantenerse esta tendencia de calor extremo sin lluvias en el último trimestre del año, podríamos estar nuevamente en una etapa de transición abrupta hacia una temporada de sequía extrema o por lo menos el retorno a los valores históricos normales de precipitación y temperatura.
Un día de extremos y quemas forestales
Durante toda la tarde del 24 de septiembre las llamas arrasaron la vegetación baja del cerro Guacarapo La Viuda. |
A las 2 de la tarde del 24 de septiembre el termómetro marcaba 34,5 grados centígrados en la urbanización Manuel Piar de Upata. |
No obstante debemos destacar que en la jornada del sábado 25 de septiembre la ola de calor fue aún más intensa, ya que ese día la media alcanzó los 27,7 grados, con una máxima a las dos de la tarde de 35,5 grados, que durante algunos minutos antes de las tres de la tarde, se elevó incluso hasta los 36 grados.
Calor extremo también tuvimos entre el 20 y el 21 de septiembre
Las máximas temperaturas se registraron esta semana entre el lunes 20 y martes 21 de septiembre, con 36 grados, y promedios cercanos a los 28 grados, mientras que las mínimas se ubicaron entre 24 a 25 grados. Estos valores marcarían valores extraordinarios para esta época del año, ya que esos máximos de temperatura en Upata se suelen alcanzar normalmente entre finales de marzo y finales de abril, coincidiendo con el Equinoccio de Primavera, y el paso perpendicular del Sol sobre estas latitudes al término de la temporada seca, cuando la nubosidad es mínima y no se tiene el efecto refrescante de las lluvias.
En septiembre del 2021 se está dando este fenómeno debido a que ya tenemos casi cuatro semanas de sequía casi absoluta, cielos despejados, es decir altísima insolación, en momentos en que el Sol vuelve a transitar los puntos más elevados de la bóveda celeste en su progresiva declinación hacia el Sur , y por lo tanto la radiación solar es más intensa.
Debemos resatar en este orden de ideas que septiembre es un mes de transición hacia lluvias más moderadas, luego de los máximos del trimestre junio, julio, agosto, pero con la particularidad de que históricamente suele ser todavía un mes de lluvias torrenciales alternadas con breves periodos de nubosidad moderada y cielos despejados, con un registro promedio entre los 80 y los 120 mm.
Añoramos las lluvias septembrinas, esperamos el retorno de los aguaceros en octubre
Pero en este 2021 el acumulado hasta el 24 de septiembre no se aproxima ni siquiera a los 30 mm y es esta ausencia de lluvias y sensación de calor prolongado, lo que está generando impacto en una población, que durante más de año desde mayo del año pasado 2020 se había acostumbrado a disfrutar de un “clima” moderado y fresco, y ahora nuevamente vuelve a padecer las incomodidades de estas temperaturas extremas, que con relativa frecuencia nos suelen azotar cuando las lluvias se ausentan de nuestro valle del Yocoima.
Mientras tanto la población que tanto se quejó de las lluvias extremas las vuelve a añorar, luego de padecer este ciclo de tres semanas de sequía intensa.
El efecto moderador del clima que genera las lluvias en Upata, y los vientos frescos que bajan de su sistema de colinas y lomeríos altos, es esperado con ansiedad por sus habitantes, que con claman por el retorno de los aguaceros y lloviznas. Que esperan el adelanto de los nortes de finales de octubre y noviembre, para nuevamente disfrutar de las bondades de vivir en una ciudad con un clima cálido pero amable, como dirían los poetas y amantes de esta tierra singular, donde por igual pasamos de una tarde asoleada y bochornosa de 35 grados a la sombra para luego reencontrarnos en familia y con amigos en medio de un atardecer fresco en torno a los 27 o 26 grados grados.
1 comentario:
Quiera Dios que aunque sea unas lluvias dispersas caigan por aquí.
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Hermano, te cuento que quedé finalista en un concurso de cuentos en Cataluña. Luego te daré más detalles y cuando publique ese cuento te avisaré. ¡En contacto!
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