viernes, 6 de noviembre de 2020

Manteco alcornoque y mandingo o carne asada, triada floral de nuestra sabana

Manteco en el cerro El Toro
Flores del manteco
Pequeño fruto de Byrsonima crassifolia el manteco de nuetras sabanas
Este arbusto y ocasionalmente árbol de pequeño porte está presente en las sabanas venezolanas, tanto en los Llanos occidentales como en Oriente como en la Guayana, se le aprecia por su pequeño fruto, y por su resistencia a la sequía y a los incendios forestales. Es una planta típica de nuestros ecosistemas secos, que forma parte esencial del patrimonio vegetal o floral de los relieves y paisajes del norte y centro de Guayana, donde abunda en los suelos arenosos ricos en sílice. Su nombre científico es Byrsonima crassifolia, y constituye junto al alcornoque, el mandingo o carne asada y obviamente el chaparro, el cuarteto principal de especies de la sabana guayanesa y llanera.
El Manteco es un árbusto o árbol pequeño de lento crecimiento que si bien en algunos biomas alcanza alturas superiores a los 5 metros, en Venezuela y particularmente en Guayana su altura por lo general no supera los 3 metros; la forma puede variar desde corona redondeada y amplia a estrecha y compacta, el tronco corto o alto, recto o torcido. Las ramas jóvenes están densamente recubiertas de pelos rojizos. Las hojas opuestas, ovadas o elípticas a oblongo-elípticas. Las flores rojo-velludas, nacen en racimos erectos y conspicuos. En las sabanas cercanas a Upata, vía El Manteco, en el tramo a Guasipati, sectores de la carretera vieja y autopista a San Félix, en las zonas de sabana de la vía a El Pao, desde Guayabal hasta las Adjuntas, y en el tramo inicial de la ruta a El Buey, este arbusto crece en abundancia, al igual que en las colinas o lomeríos que rodean el valle del Yocoima, y en las filas más elevadas y pendientes más bajas del Cerro El Toro hasta el cerro Guacarapo. Junto al chaparro y el mandingo este árbol de forma achaparrada crece espontáneamente y le da su aspecto típico a las sabanas de las tierras secas de la región.
En cuanto al fruto del manteco, éste es particularmente oloroso, de color naranja-amarillo, redondo, de 8-12 mm de ancho, con piel fina y blanca y jugosa pulpa, oleosa que puede variar el sabor de insípido a dulce, ácido, o similar al queso. Tiene un núcleo, bastante grande, y duro que contiene de 1 a 3 semillas de color blanco. En Upata su consumo es muy restringido, ya que no suele ser comercializada y no existe una cultura de aprovechamiento de este pequeño fruto, como la que sí existe en Centroamérica, donde la población lo consume o comercializa en sus mercados locales.
En Centroamérica y el norte de América del Sur esta especie recibe diversas denominaciones, ya que lo nombran nance, changugu, chi, nance agrio, nanche, nanchi, nancen, nanche de perro, nananche, y nantzin en Mexico; nance verde en El Salvador; nancito o crabo en Honduras; nance o nancite en Nicaragua; craboo, crapoo y wild craboo en Belice; doncela y maricao en la República Dominicana; maricao cimaroon, maricao verde, peralejo blanco y peralejo en Puerto Rico; peralejo de sabana en Cuba; tapal en Guatemala; chaparro, chaparro manteca, maache, mantequera, nanzi, noro, peraleja hembra, yaca o yuco en Colombia; chaparro de chinche, chaparro de sabana, manero manteco, manteco merey o manteco sabanero en Venezuela.
Este arbusto le da su nombre a la población de El Manteco, cabecera de la Parroquia Pedro Cova del Municipio Piar,  allá en las llanuras del Yuruari medio, donde su abundancia es significativa, por tratarse de una zona rodeada de extensas sabanas achaparradas donde la Byrsonima es parte esencial de su paisaje.

Alcornoque Bowdichia virgiloides
A mitad de año aspecto del alcornoque sabanero, los ejemplares en las sabanas pedregosas, no suelen ser de porte grande sino pequeños arbustos.
Arbustillo de alcornoque iniciando floración en noviembre del 2020
De la ecología de nuestras tierras calientes guayanenses y del llano venezolano también es notable el alcornoque, otro arbusto que por supuesto nada tiene que ver con la planta de similar nombre de los climas mediterráneos de Europa, Cercano Oriente y Norte de Africa. La Bowdichia virgilioides o alcornoque de sabana presenta hojas medianas, alternadas, es un arbusto de la familia de las fabaceae, de la subfamilia de las papilionoideae, por su característica flor de cuatro pétalos envueltos entre sí y un quinto que sobresale y se denomina estandarte. 

Flor y frutos del alcornoque llanero.
El alcornoque en las zonas de pendiente a veces crece arqueado por efecto de los vientos, posee flores lilas a blancas, vistosas que suelen aparecer en abril antes de la entrada de las lluvias. Es un arbusto que puede en condiciones ideales crecer como árbol, que igualmente abunda en las tierras bajas del centro y norte del Brasil, de donde es originario, y de allí se extendió a la Amazonia y la Orinoquia, que resiste muy bien las duras condiciones de los suelos ácidos, bien arenoso o pedregosos, y las continuas quemas forestales de la temporada seca.

Roupala montana o mandingo

Tallo rugoso, oscuro, un follaje alto de un mandingo adulto
Este ejemplar en el cerro El Toro inició su floración a finales de noviembre del año 2020, en un año en el cual la temporada de lluvias torrenciales se extendió hasta este mes. No hubo nortes sino continuidad del invierno este año. 

Hojas y tallo de un mandingo  de tamaño modesto en lo alto del cerro El Toro.
El Roupala montana se desarrolla como árbol en los lomeríos de Upata
Otro habitante notable de nuestras sabanas upatenses es el mandingo, su nombre científico es Roupala montana, pertenece a la familia de las Proteaceae. En Venezuela se le conoce también como carne asada, por el aspecto de su corteza,  árbol carne, y en otras partes de América donde abunda se le llama ratón, cola de zorrillo, entre otras denominaciones. Es de porte vigoroso, suele crecer más que el chaparro y el manteco, y su tronco tiende a ser verrugoso, de textura rugosa muy marcada, y oscuro intenso cuando está maduro. 
Es también una especie muy resistente a las quemas anuales de la temporada de sequía, y se caracteriza por su floración en forma de racimo alargado, donde se alternan las flores blancas a crema, de forma alterna y opuesta. Florece en los meses finales del año, de noviembre a diciembre, al cierre de la temporada de lluvias, como de hecho está ocurriendo actualmente en este año 2020.  En los lomeríos de las serrania de El Toro y las colinas del norte de Upata, es particularmente abundante el mandingo, que cuando crece frondoso es capaz de ofrecer sombra en el ardiente sol tropical de estos paisajes, gracias a su ramaje de irregular a ovalado, y a sus hojas de tamaño grande, dimorfas, que perennemente se mantienen en este árbol.   

Diversos aspectos del mandingo o carne asada en un ejemplar del cerro El Toro.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Extraordinario blog, rico en cultura tradición y gentilicio de la ciudad de Upata. una forma muy interesante e influyente recorrido por la población upatence. Felicitaciones Juan Ruíz por este aporte a Upata. Simon Ramirez

Anónimo dijo...

Excelente información desde su vecino Guasipati, les felicito un gran aporte , sustentado en una gran investigación.

Anónimo dijo...

Muy importante, para conocer la riqueza de nuestro suelo y admirar, la grandeza de nuestro Dios.