sábado, 31 de octubre de 2020

Upata memoria fotográfica calles avenidas inmuebles en julio octubre del 2020


Además de sus barriadas, donde falta mucho por hacer en materia urbana, desde la atención a sus pobladores mejoras ambientales, asfaltado, servicios y seguridad, Upata cuenta con zonas consolidadas que la aproximan a la imagen que debe irradiar una ciudad más ordenada. 
En sectores como Bicentenario I, avenidas Valmore Rodríguez y Raúl Leoni, o en ruta a Banco Obrero, se nos muestra una localidad más acorde a lo que debe ser una ciudad, donde tanto los particulares como el Estado han mantenido un patrón de crecimiento del patrimonio inmobiliario acorde con las regulaciones sobre el uso del espacio urbano, lamentablemente que no ha ido a la par con la calidad de servicios e infraestructuras básicas, como la red de disposición de aguas servidas, que en estos sectores están fuertemente afectadas por la falta de mantenimiento y el deterioro de los colectores, que quedaron cortos para el nivel actual de uso de la red. 
No obstante esta problemática sería deseable que el resto de comunidades de la capital del municipio Piar, sobre todo las ubicadas en su periferia o zonas tradicionalmente deprimidas, pudieran ser sometidas a un plan de reordenamiento, regulación y ornato urbano, que pueda impactar en la calidad de vida de sus pobladores, ya que son zonas donde el nivel de pobreza es alto y que se han expandido de manera anárquica y sin un patrón de ordenamiento óptimo. 
Habría que destacar que es notoria en las imágenes la baja afluencia de vehículos y personas en la calle, debido a cuatro factores, la problemática del combustible, la merma sustancial de la actividad económica en este último semestre, la hora de intensa insolación en que fueron tomadas las fotografías y el hecho de que las tomas coinciden con las semanas de cuarentena radical. De todos modos así es Upata, o mejor dicho parte de la ciudad en estos tiempos de dificultades económicas y pandemia.

viernes, 23 de octubre de 2020

Árboles de Upata: Mangifera indica o mango, excepcional regalo de Asia al trópico americano

Mango en la av Valmore Rodríguez con calle Orinoco

Mango es un árbol de gran porte, muy bueno para sombra, que ofrece un fruto exquisito, abundante en la cálida tierra del valle del Yocoima, en diversas variedades. Intensamente sembrado en todo el ámbito de su zona urbana y en los sectores rurales. Originario de la India, ampliamente cultivado y sembrado en toda Venezuela, sobre todo en las tierras calientes de los llanos, en la cordillera de la Costa y la Orinoquia guayanesa. El Mangifera indica es una fruta de la Zona Intertropical de pulpa carnosa y semi-ácida. Ésta puede ser o no fibrosa, siendo la variedad llamada "mango de hilacha" la que mayor cantidad de fibra contiene. Es una fruta normalmente de color verde en un principio, y amarillo o naranja cuando está madura, de sabor medianamente ácido cuando no ha madurado completamente.

Tonos de verde en un hermoso árbol de mango, habitante mayoritario de patios, la fruta más popular y accesible de nuestra ciudad de Upata.

De origen asiático, principalmente de la India, comprende numerosas variedades, muchas de ellas obtenidas por injerto. El mango que crece espontáneamente en la zona intertropical americana (introducido a fines del siglo XVIII en el Brasil por los portugueses), es de color amarillo, más pequeño que las variedades de injerto, de sabor exquisito y muy dulce, tanto el mango "bocao" como el de hilacha, en Venezuela fue introducido en la segunda mitad del siglo XIX. 
 
Poema Al Mango

Árbol esparcido en la terredad

del valle de Upata,

por todos los confines

nos ofrece su generosa sombra,

su colorido y sabroso fruto

que lleva su verano por dentro.

 

Mango extranjero, arraigado a este suelo

y al corazón del pueblo,

tu fruto ha sido  desde los tiempos de mi infancia

hasta el presente, el pan que mitiga el hambre.

el que alivia, el que apacigua

la desesperación del ayuno involuntario.

 

Mango besito, refinado bocadillo

mango trinitario, de concha verde perpetuada en el tiempo

uno era suficiente para tener el corazón contento.

Mango de oro, de sabor trivial

no todo lo que brilla es …

manga piña, combinación perfecta de dulce y ácido

ni las conchas se salvan de tal degustación,

la rullida pepa era apreciada para jugar

la semana o el lápiz: pisé y no pisé.

mango Burrero, mango plebeyo,

de despectivo nombre

pero me quito el sombrero.

El que se come uno

se come dos, se come tres y así

hasta que el cuerpo aguante.

Su sabor no empalaga

sino que invita a cometer

el pecado capital de la gula.

 

Su geométrica forma contribuye

a enriquecer el acervo autóctono

de apodar o asignar un sobrenombre:

Cabeza de Mango, Cachete de Mango...

Su inigualable sombra

convoca al descanso reparador

al suave vaivén de una hamaca,

invita a la faena lúdica

de jugar dominó o una partida de truco.


La máxima expresión

que los destaca es la congregación

de matas de mango

llamada mangal:

El Mangal del Cerro El Toro,

El Manguito

El mangal detrás del liceo Siso Martínez

era un circo con sus ramas trapecios

para la tropa de infantes Rivero;

pasando de un árbol a otro

con la pericia propia de los monos,

A veces defecaban flores

como la historia de un caballo

que era muy bonito, de Aquiles Nazoa.


Eterno acompañante de las horas buenas

presente en la cotidianidad del espacio

que nos circunda, el refranero popular

toma tu nombre para destacar un suceso: "Agarrar mango bajito"

 Misael lo agarraba, no fallaba en conquistar a una chica

cuando decía, en una fiesta, a mí me dejan la más fea.


Elevo estos versos

a tu imperecedera presencia:

mango maravillosa mata

Árbol de mi infancia

voy a guindar mi hamaca

para dormir con calma

para soñar amigos

en los mangales de mi alma.

 

Daniel Ruiz Correa

Árboles de Upata: Mamón "Melicocuss bigujatus

Ejemplar de mamón adulto, con múltiples troncos principales en la zona rural de San Lorenzo ".

 Si algún árbol está vigorosamente enraizado en Upata, tanto por la cantidad de individuos sembrados en el valle del Yocoima y su zona rural periférica, ese es precisamente el mamón. Un fruto muy demandando comercialmente en su tiempo de cosecha principal que va de junio a septiembre, por lo tanto se vende a muy buen precio para los cosecheros y distribuidores que se ubican en el casco central de la ciudad y en sus carreteras. 

El Mamón está asociado a la picardía de los chistes y las historias de pueblo, por la forma particular en que debe ser consumido e incluso por los peligros que entraña para los niños más pequeños.

Poema al Mamón

Se palpa su pepa
dentro de la boca.
La esfericidad se siente
juego lúdico
como un ritual ancestral
jugando a los dioses,
es como si tuviéramos
el mundo sometido a nuestro designio.
Su escasa pero divina pulpa
nos incita al deleite de seguir comiéndola.
Yo tengo un sobrino
Llamado Eduardo que me decía
tío destápame otro.
Mis hijas cuando pequeñas
lo comían descuartizado
para evitar que se tragarán una pepa.
Los Wayuu no lo comen
ellos lo llaman el árbol que da sed
ya que el agua es muy preciada
y escasa para ellos.
Jusayu el famoso cuentista
ya fallecido, así lo cuenta
en su relato.
Árbol de gran tamaño
y frondosidad, en la Uneg de Upata
hay un viejo mamón que muere de a poco,
los nutrientes del suelo
no son suficiente para este portento.
Académico árbol de incontables
días, bajo su sombra los estudiantes
comentaban sus lecciones
y preocupaciones matemáticas.
Fue testigo de declaraciones amorosas,
del primer beso furtivo.
En la plaza Bolívar, frente a la iglesia y Alcaldía
vivió un mamón centenario
Que se petrificó en el tiempo
Y fue cortado, como un ser inservible 
caduco sin nada ya que ofrecer.
La ingratitud humana no tiene memoria
cuanta sombra otorgó
cuantos frutos ofrendó con el altruismo
propio de los árboles, 
un día en casa de la maestra
Isaura, ella nos comentó que lo había
sembrado su abuelo.
Recibe esplendoroso ser vegetal
mi ofrenda de versos
como eterno agradecimiento
a tu inconmensurable lealtad.
Aún tu prodigiosa estirpe
nos brinda el infinito placer
de contemplar y de saborear
tu exquisita fruta, como regalo divino
que la naturaleza nos obsequió.
 
Daniel Ruiz Correa
 
Mamón en el fundo San Marcos sector Santo Domingo II

El árbol como ornamento está también consolidado por sus frutos y la calidad de su sombra. En patios, jardines, en fundos, fincas, en prácticamente todos los barrios tradicionales y zonas rurales, y en la Plaza Bolívar el mamón es uno de los árboles más plantado para aprovechar su sabrosa fruta y su excelente sombra en las casas que tienen el privilegio de contar con patios de gran tamaño. Cuando el mamón está en su etapa de madurez sobrepasa los 15 metros de alto, llegando en casos excepcionales a medir hasta 25 metros y por su verde intenso, extensa copa y calidad de su fruto una "mata de mamón" constituye una excelente fuente de ingreso para las familias más necesitadas que tienen la suerte de contar con un patio o frente de buenas dimensiones, ya que la venta de la cosecha representa una ayuda excepcional para estos grupos familiares. Obviamente se requiere de un hábil trepador para escalar el enramaje y aprovechar los gajos del codiciado fruto, que se vende a muy precio en el mercado local, en saco o guacal. 

Varios ejemplares de gran altura se pueden visualizar en la Plaza Bolívar, donde forma un dosel verde muy atractivo. Es un árbol frondoso, con un verdor intenso, que produce un fruto que aún maduro se mantiene verde en su cáscara o "concha" cuyo pulpa delgada es gelatinosa y suave, de excelente sabor, que envuelve su semilla, que dependiendo de las condiciones de suelo, nutrientes, humedad, clima, variedad del ejemplar, puede ser de dulce a ligeramente ácido. Este fruto comestible por su agradable sabor es altamente demandado en tiempo de cosecha para su consumo fresco, directo como manjar, o en dulcería.

El mamón se conoce también con el nombre de mamoncillo en Cuba, motoyoé, maco, quenepa, papamundo, limoncillo, huaya, guaya o guayo (Melicoccus bijugatus) es un árbol frutal de la familia de las sapindáceas, natural de las regiones tropicales de América, originario de Centro América, de donde se esparció hacia los valles del Sur del Continente. 

En cuanto a la toponimia local, en Upata o mejor dicho en sus cercanías, al norte en ruta a San Félix, tenemos el sector de Los Mamonales, que rinde homenaje a esta planta y fruto tan vinculado a nuestro quehacer cultural y alimentario.

Árboles de Upata: Eucaliptus y flor de la reina Lagerstroemia speciosa

Flor de la Reina Orgullo de la India o Astromelia (Lagerstroemia speciosa) especie nativa de Asia quedan pocos ejemplares en Upata

Flor de la reina en el Parque Bicentenario, allí fueron sembrados hace más de 50 años tres hermosos ejemplares, que aún hoy se mantienen vitales.

Flor de la reina en el Cementerio Viejo de Upata

La Flor de la Reina, orgullo de la India o astromelia es un árbol de mediano porte nativo de la India. Fue posteriormente propagada en toda Asia, y se introdujo durante la colonia en América. Sus ejemplares más sanos y esbeltos se encuentran siempre en las regiones calurosas, húmedas e inundables. Se desarrolla perfectamente desde el nivel del mar hasta los 1500 msnm. También conocido como astromelia es un árbol de flores purpuras, que llena con sus colores las calles y avenidas de ciudades como la agitada Caracas, donde abunda en los sectores San Bernardino, Las Acacias, San Pedro, Chacao, Altamira, Santa Eduvigis. 

Este árbol, que hoy en día se cultiva en todos las zonas tropicales del mundo, es originario de Asia (India y China) y Australia. También se le conoce con el nombre de Embrujo de la India y Orgullo de la India, país donde es considerado un árbol maderero de importancia. Su madera es usada en la construcción de botes pequeños, de barcos y pilotes. 

Floración de Lagerstroemia speciosa, tal como puede ser visible en los ejemplares plantados en el Parque Bicentenario de Upata.

domingo, 18 de octubre de 2020

Árboles de Upata: Guayabo "Psidium guajaba"

 Poema al Guayabo y la Guayaba

En el patio de Carmencita había
Una mata de guayaba
Yo reposaba encaramado
Comiendo guayabas pintonas
Me sentía como un rey en su trono
Horas y horas de sosiego
El mundo se detenía
Era el refugio de mis travesuras
Mi lugar secreto entre el sabor y el aroma.
Alfredo mi vecino, tenia también su refugio
Una mata de guayaba mas grande y de robustas ramas
Hasta se dormitaba en ella, permanecía horas
apaciguando su inquietud y desasosiego
Era su fortaleza, parafraseando se sentía como mono en su rama
Todo niño de mi época tenía su mata de guayaba
Árbol preferido para monearlo
Infundía seguridad, la dureza de sus ramas
Era una certeza, nunca escuche que alguien
Se había caído de una mata de guayaba
Generoso árbol de mi infancia
Pasta de guayaba, color, aroma y sabor
El cristal de guayaba se hacia añico en la boca
Mientras su aroma era un deleite olfativo
Fiesta aromática que enaltecía los sentidos
Dulcería autóctona que embriagaba el paladar
Y que nos umbilicaba a este suelo
Que nos vio nacer
Guayana me habitas
Guayaba mi infancia
Guardo recuerdos
Guarece mi alma
Guaral para bailar mi trompo
Madera dura madera certeza
Madera guayaba
Gira gira el trompo
Gira gira el mundo
Sigue otorgando bendiciones
Con tu exquisita fruta y fragancia
Mientras ando buscando guayaba
Por los imborrables caminos de mi alma.
 
Daniel Ruiz Correa

Árbol de guayabo en San Marcos sector Santo Domingo de Upata
El guayabo es un árbol frutal, de madera dura, porte mediano y ocasionalmente más espigado dependiendo de su variedad, aunque por lo general no da mucha sombra, si bien es ideal cuando tiene el tamaño adecuado para que los niños lo trepen y se diviertan en sus ramas más vigorosas. En Upata la madera de sus bifurcaciones llamadas “horquetas”, puntos de división de sus ramas secundarias,  eran muy solicitadas como soporte y guía de las “gomeras” o "chinas", dispositivo o arma menor, para la matanza indiscriminada de aves y “guaricongos”, lagartijas y otros pequeños reptiles. También se le usaba la madera de su tronco principal como materia prima para la fabricación de los trompos, juguete tradicional de Venezuela. No obstante la limitada cantidad de árboles adultos y de buen porte de este árbol en la ciudad y sus alrededores, limitó esta utilidad y como es obvio se prefirió seguir aprovechando su excelente y nutritivo fruto, en vez de darle ese uso si se quiere irracional. Precisamente la madera del guayabo destaca por ser pesada, dura, elástica, incorruptible, con color variable entre amarillento claro y moreno rojizo.

El guayabo es una planta “flaca”, es decir no muy gruesa en sus tallos y ramas, con una sombra limitada, con una altura por lo general no superior a los 10 metros. Sigue siendo común como árbol frutal en patios y conucos, del municipio Piar. A pesar de su valor comercial en Upata no ha sido cultivada con estos fines, sino como un árbol complementario de ornato y utilidad gastronómica familiar, por lo que al no darle los cuidados adecuados ni técnicas de preservación su fruta no alcanza la calidad deseada y suele ser atacada por gusanos y otras plagas. Esto limita enormemente su utilidad como especie comercial en la zona, y la mayor parte de la guayaba que se expende en los mercados de la ciudad provienen de otras regiones del país, donde sí se cultiva extensivamente para su uso comercial.

El nombre científico de la especie es Psidium guajava, pertenece a la Familia: Mirtáceas (Myrtaceae). Originaria de la América tropical, presenta un tronco con corteza escamosa de color marrón grisáceo.

Sus hojas son simples, oblongas o elípticas de color verde brillante a verde parduzco, muy fragantes cuando se estrujan. Sus flores son solitarias, ocasionalmente se presentan en racimos hasta de 8 cm, siendo axilares, con sépalos de 4 a 5, de color verde en el exterior y blanco en el interior. Los pétalos de su floración, de color blanco, vienen de 4 a 5.  

El fruto esférico, ovoide o piriforme de 3-10 cm de diámetro, amarillo con la pulpa blanca, rosada, o rojiza, algo ácida con olor a almizcle. Según las diversas variedades, la guayaba puede tener forma redondeada semejante a un limón o parecida a una pera. Su cáscara es cerosa; en algunas variedades de piel lisa, otras rugosa y de un color, de verde a amarillento según la especie y su grado de maduración. Bajo la cáscara se encuentra una primera capa de pulpa, consistente y firme. La capa interior es más blanda, jugosa y cremosa albergando un gran número de semillas de constitución leñosa y dura. La pulpa puede ser color beige en ocasiones y en otras de color rosado.

El fruto se consume crudo, en compota, jaleas, mermeladas o para elaboración de dulces. Las guayabas son muy ricas en vitamina C. Es un árbol muy apreciado por su aromático fruto, y por el uso medicinal que se da a otras partes como el tronco, la corteza y las hojas, que se utilizan para combatir afecciones bucales, como antibiótico natural y para aliviar enfermedades respiratorias y gástricas . Especialmente recomendado para pequeños jardines. Resistente a la sequía y al calor intenso. Poco exigente en suelos, aunque con fines productivos le convienen los suelos profundos y ricos con abonados periódicos.
 
 
La palabra guayabo es de origen taíno según Lisandro Alvarado, quien destaca que  antes de ser valorada su fruta por su sabor y demanda, para su preparación en jugos, batidos, mermeladas, pastas, dulcería, algunos europeos cometieron el exabrupto de denigrarla y pretender minimizar su utilidad. Como un cura jesuita que la describió desde su visión  cerrada y fanática como "una fruta ruín, llena de pepitas  recias, del tamaño de manzanas pequeñas...es fruta de un árbol de mala fama en tierra firme e islas, dicen que huele a chinches, y su sabor es muy grosero y el efecto poco sano". Por fortuna a este mal hijo de España nadie lo recuerda y mucho menos le tomaron en serio su desafortunada descripción y hoy el guayabo ocupa un lugar muy importante a escala mundial, nacional, regional y local como una de los árboles tropicales más apreciados, por la riqueza de los componentes nutricionales y bondades de su fruto, por la versatilidad como planta medicinal, en especial sus hojas, y hasta por la calidad de su madera para uso artesanal. Con el agregado de que hasta una obra del excepcional escritor colombiano Premio Nóbel de Literatura Gabriel García Márquez la ensalza y celebra su fruto, su célebre "El Olor de la Guayaba". 
Ni que hablar de la toponimia que le rinde tributo en nombres como El Guayabo, pueblos de estado Zulia y de Yaracuy, y el imponente río Guayabero en Colombia, que luego de descender de las cumbres andinas orientales se une al Ariari para formar el río Meta. Y acá en nuestro municipio Piar tenemos el pequeño pero tradicional caserío agrícola de Guayabal, una comunidad integrada por unas 24 viviendas, 120 personas residentes permanentes, en un espacio territorial de unas 30 hectáreas, famosa por sus cercanas curvas y barrancos, y por sus nacientes de agua en la fila de cerros que lleva este mismo nombre. Ubicada a una altitud de 480 metros sobre el nivel del mar, que le otorga un clima muy agradable, aunque soleado como corresponde con las tierras cálidas de Guayana, Guayabal destaca por sus  casaberas, conucos y pequeños fundos o fincas familiares y por su cercanía a Sabaneta, de la cual dista apenas 3 kilómetros al este, mientras que de Upata la separan 12 kilómetros. 

Guayabo es además expresión de uso cotidiano en Venezuela, dado el del uso extendido que los venezolanos le dan a la palabra como sinónimo de melancolía, tristeza, pesar, que se siente por el amor no correspondido, en fin el despecho propio de los que amando sufren por una pérdida o rechazo del objeto del deseo. Estar "enguayabao", despechado es algo que no se le desea a nadie. 

Guayabita Sabanera

Guayabita sabanera

Sabor del frescor y  tierra

En tu pulpa se concentran

!Aromas de primavera!.

Amarguito de tu fruta

piñita de tierra seca

tus sabores se entremezclan

en el cielo de mi boca.

Hoy te encontré entre chaparros

cargadita y generosa

prendida de golosinas

como enjambre  mariposas.

En la palma de mi mano

retozan amarillitas

redondas como la tierra

coronadas por la brisa.

Princesita de los montes

engalanando senderos

ofreces  en tu frutica

todo el sabor de mi pueblo

por eso es que yo te quiero

guayabita sabanera

recibe versos sinceros

de aquel que siempre te espera

para llenarse la boca

con tu fruta lisonjera.

Daniel Ruiz Correa

Guyabita en el Cerro El Toro de Upata
La guayabita sabanera, es otro habitante conocido de nuestras sabanas guayanesas, muy común al este de Upata, en el Cerro El Toro, en Guacarapo y al Sur vía El Manteco, y al norte del valle del Yocoima. Muy apreciado su frutilla para quienes gustan del contacto con estos matorrales y las excursiones. Es una MYRTACEAE de nombre científico Psidium guineense Sw, arbusto que máximo crece de 3 a 5 m de alto, aunque en Upata suele tener un tamaño mucho menor, raramente sobrepasa los 2 metros. Su tronco con la corteza exterior marrón y exfoliante en láminas.
Tiene ramitas terminales aplanadas y pubescentes. Hojas: Simples y opuestas, de 6 a 14 cm de largo y de 4 a 8 cm de ancho, oblongas o elípticas, con ápice redondeado o agudo, bordes enteros y base obtusa o redondeada. Las hojas presentan puntos glandulares translúcidos. Flores y frutos: Florece y fructifica durante todo el año. Flores blancas. Frutos en bayas globosas o en forma de peras, de 1 a 3 cm de largo y con una estructura en forma de corona en la punta, verdes, tornándose amarillos al madurar. Madera empleada para postes de cercas. Los frutos maduros son comestibles y con ellos se preparan jugos, mermeladas y jaleas. Común y fácil de observar en sabanas y en sitios con suelos pobres, arenosos y pedregosos, por lo que su tamaño por lo general es reducido, incluso menor al de los arbustos achaparrados típicos de nuestra sabana.

domingo, 11 de octubre de 2020

Arboles de Upata: Aguacate, cañafistola llanera, guayacán, castaña y mucuteno o candelillo

Aguacate en los altos de la Urbanización Libertador de Upata

Aguacate

También se le conoce como palta en otros lugares de América. Es un árbol de mediano a pequeño porte, crece de máximo de 12 a 15 metros, que está ampliamente distribuido en la ciudad, sobre todo en patios, jardines y pequeñas unidades de producción agrícola o conucos, fundos, fincas y hatos, donde crece y da buenas cosechas, dependiendo de su variedad y de las condiciones de suelo, disponibilidad de agua y cuidados. Por su exquisito y demandado fruto de sabor y textura inconfudible, con alto contenido graso, es ideal para ensaladas, ingrediente esencial de las reinas pepeadas y de incontables cremas para aderezar carnes, también como base para preparados cosméticos que se aplican en la piel y sobre todo directamente en el cabello y cuero cabelludo, destaca además por las propiedades medicinales de sus hojas. Aunque ocasionalmente se pueden desarrollar frondosamente, dependiendo de la variedad y las condiciones del suelo, por lo general esta especie no da mucha sombra. Su madera no es apreciada en carpitería. El aguacate es muy común en Centroamérica, los valles de California en EEUU y América del Sur, donde destacan los grandes cultivos comerciales para su exportación en México, Perú, Chile y California. 


Ejemplar juvenil de aguacate en Manuel Piar

La Persea Americana tiene su origen en México, de allí se extendió al resto del Nuevo Mundo, de alta demanda por la calidad y versatilidad de su fruto. Pertenece a la familia de las lauráceas. Se le conoce con los nombres de palta, cura, avocado o abacate. Su fruto posee un alto contenido en aceites vegetales, por lo que se le considera un excelente alimento en cuanto a nutrición en proporciones moderadas, ya que posee un gran contenido calórico y graso. Además se ha descubierto que el aceite de aguacate posee propiedades antioxidantes. Aporta beneficios al organismo y en vitaminas E, A, B1, B2, B3, , proteínas y minerales. En Venezuela el aguacate es una de las frutas más populares y de consumo generalizado con una estimación de área cosechada superior a las  5 mil hectáreas, siendo Yaracuy uno de los mayores productores de aguacate del país, junto a Zulia, Trujillo y Mérida. El estado Bolívar si bien no es un gran productor a nivel nacional cuenta con las condiciones para la consolidación del cultivo de este rubro, que puede mejorarse en su cuidado para su comercialización.

Hermosos ejemplares de aguacate de todos los tamaños, medianos a grandes, se cuentan en el valle del Yocoima, donde a partir de julio agosto y hasta septiembre se dan cosechas domésticas que son ampliamente distribuidas en los mercados locales o directamente aprovechadas por las familias y cuando hay alta disponibilidad de frutos es tradición obsequiarlo entre parientes y amigos. Por lo general se le cultiva como un árbol complementario de patio o jardín y raramente encontramos en la ciudad "aguacatales", los cuales si son sembrados en filas o grupos en las zonas rurales. Por su facilidad para consumo como acompañante de ensaladas, cremas y guarnición  principal junto al arroz, plátano y granos, o con las cachapas y bollos de maiz tierno, el aguacate es uno de los rubros más demandados por los upantenses, que lo valoran por su sabor, suavidad y propiedades nutricionales, por lo que están dispuestos a pagar su excesivo precio cuando no es época de cosecha. 

En la cotidianidad muchas expresiones populares, algunas de connotación sexual, hacen mención a esta fruta y su textura. Lisandro Alvarado refiere el origen azteca de la palabra aguacate, pero advierte que es también forma modificada del nombre dado por los pueblos caribes al árbol. Sobre su fruto señala que tiene forma periforme  o como globo irregular. Su concha verde intenso, lustrosa, tiende al morado cuando está muy maduro. Su semilla grande, única, rodeada por la pulpa comestible oleosa y verdosa clara con tonalidad amarillenta, es suave, fácil de deshacer y contiene taninos.  

Cañafistola llanera Cassia moschata



Después que se desnuda y queda sin sus hojas, el cañafísfola llanero se viste con su extraordinario colorido amarillo naranja, en las zonas rurales de Upata abunda este árbol, la gráfica muestra la floración de este árbol en un recodo de los lomeríos del Cerro El Toro.
Cañafístola en el tope del cerro El Toro de Upata
La cañafistola llanera es un hermoso árbol tropical de nuestras sábanas y bosques secos, con una floración espectacular y propiedades medicinales que la convierten en una especie valorada por las familias de las zonas campesinas. No obstante esta circunstancia en Upata los pocos ejemplares de su zona urbana han sido devastados por el progreso y la falta de sensibilidad hacia la planta. la cañafistola es una Fabaceae perteneciente a la subfamilia Caesalpinioideae

viernes, 9 de octubre de 2020

En tributo a Don Ponciano Alvárez pintor y poeta: Patrimonio Cultural de Upata



El 2020 ha sido año de despedidas, algunas inesperadas, otras aceleradas por la mortandad generada por la pandemia, y otras como cierre de largas y fructíferas experiencias de vida, que dejaron huella en nuestra Upata del Yocoima. Entre éstas hay que destacar la de nuestro eterno maestro del pincel, los colores y la poesía de las formas sencillas Don Ponciano Alvárez, uno de los pintores fundamentales de la Villa del Yocoima autor del escudo oficial del Municipio Piar y reconocido en su momento como Patrimonio Cultural Viviente de nuestra tierra por el Ministerio de la Cultura. Su despedida fue rápida, casi en paralelo con el adiós de su hermana, nuestra recordada "Rosenda", dama de eterna y contagiosa sonrisa, enfermera jubilada, madre excepcional y esposa de ese otro ícono de Upata como lo fue su esposo el maestro Porfirio Núñez. 



Como tributo a Don Ponciano rememoramos en nuestro blog parte de aquella semblanza que le hiciéramos al pintor en junio de 2014, cuando por iniciativa del profesor y también cultor Francisco Hernández Belisario y en el marco del aniversario del excepcional artista plástico Armando Reverón, le fuera realizado junto a otros pintores locales de Upata un merecido homenaje. Fue una jornada muy cálida y especial, realizada en los espacios del Colegio General Manuel Piar que incluyó además la exposición de parte de las obras de los homenajeados. En aquel momento reseñamos de Ponciano las siguientes palabras de reconocimiento a su obra:

"Los años para Don Ponciano no le pasan. Él más bien los disfruta y les saca el jugo. Montado en su arcoiris personal, con el fúsil de sus pinceles y el escenario infinito de los lienzos, ha creado múltiples obras que le rinden tributo a la sencilla vida del pueblo donde nació hace más de 80 años, a la villa pequeña que tanto quiere y que hoy se muestra enorme en su crecimento urbano, para sus ojos apenas cansados. A la India de la leyenda Up Ata Ponciano le ha dedicado parte de su creación, incluso reclinada sobre la mítica piedra de Santa María, adornada con símbolos de la heráldica, le sirvió para el noble propósito de que nuestro municipio Piar tuviera un escudo singular... Pero Panciano es además poeta de los buenos, de los que nos recrean con palabras sorprendentes, coloridas como esas imágenes metafóricas que nos transportan a ese mundo de paisaje íntimo y extrovertido de la naturaleza plena. Ha sido también pintor de batallas épicas de la guerra de Independencia,  dibujante de callejuelas, recodos, saltos, cerros, objetos sencillos, animales tropicales, bodegones, retratos, personajes históricos, todo con un trazo con olor y color a pueblo, sin el bagaje de los grandes pintores formados en academias o la perfección de perspectiva de los que han transitado escuelas y salones de bellas artes, pero siempre presto a representar en un cuadro su creatividad y amor por lo nuestro. Suyas son Àguilas Harpías que nos sorprenden con una punzante mirada de ave protectora de su nido. Colores de una Tierra que al contacto con el agua nos eleva a la planicie de animales desconocidos, murciélagos prehistóricos, y azules degradados en un pozo contradictorio. Halcones, buitres, gavilanes, pájaros míticos, aves del trópico que tanto amó... Lo vemos atrapado, escondido, ausente, reflexivo, serio, con su sonrisa tímida, en su taller de La Laguna, al lado de la casa de Rosenda su hermana y el maestro Porfirio Núñez, cuidando con celo lienzos, tinturas, colores, y tratando de recrear y dar consistencia a una obra que es de hecho realidad y legado para Upata y su gente. Así reconocido luego por el Ministerio de la Cultura el Instituto del Patrimonio como portador de la Cultura y Patrimonio Artístico Cultural de este municipio Piar... Recordamos que de pequeños en nuestras travesuras infantiles por el enorme patio de los Núñez Alvárez, entre peñascos y grandes arboles, a un paso de la laguna misteriosa del Maestro Julián, en una casa más misteriosa, allí estaban los enormes cuadros, ocultos con telas de la curiosidad de niños y de las ventoleras de cualquier mes, y nos atrevíamos a veces a querer pasar a ese estudio personal del fondo de su casa, pero sin jamás develar lo que se escondía detrás de esas telas, o de manchar alguna de sus obras ya semi expuestas, que nos causaban asombro o admiración, porque en verdad los pintores para nosotros criaturas inocentes eran como dioses o seres extraordinarios, mágicos, misteriosos. Todo como un ritual, pasar cerca de ese espacio descubierto donde Don Ponciano, taciturno, callado, realizaba sus prodigios de arte popular, pintura sencilla de su más sencillo pueblo amado, solo cerca, pues en aquellos años de los 70 había que hacer caso y no traspasar los límites de lo prohibido, y respetar el área personal de trabajo de quien ya era Don y merecía nuestro respeto... Vaya pues nuestro reconocimiento a Ponciano, para que su musa poética lo siga acompañando y para que ese don tan especial para la pintura no le abandone sino en la despedida de su ciclo vital. Mucha falta que nos hacen personajes, cultores, de la talla de este upatense, que hoy sigue vigente, recibiendo eventualmente y como bien se lo merece el digno homenaje de sus coterraneos. Su pequeño altura no ha sido nunca límite para su impulso vital. Ponciano, Don, Amigo, Pintor de Pueblo como el Titiritero de Macuto, Upatente, Lagunero, Hombre Triste y Alegre de la Laguna del Maestro Julián, desde este Hemisferio y desde este aroma cafetero y del papelón tostado de los Salazar sabemos que serás siempre uno de los pintores más representativos de los upatenses, autor del escudo eterno del municipio que rinde tributo a General más Victorioso de la Guerra de Independencia Manuel Carlos Piar".


Se fue Don Panciano, junto a su hermana Rosenda, gran amiga de familia, y con él se nos han ido en este 2020 ingrato gente muy valiosa, patrimonios, cultores, artistas, profesionales, maestros, la mayoría adelantando su partida y ciclo ante la arremetida de un virus que nos ha cambiado la vida. Allá pues en la altura y la dimensión desconocida estará el pequeño gran Ponciano trazando líneas, dibujando, regando colores, modelando formas y texturas, quizás en los cielos prodigiosos de los atardeceres de esta Villa que tanto amó y a la cual le dedicó sus mejores cuadros y talento creativo. Saludos Maestro...

Isaura Gómez de Ayala, Jorge Martínez, Hugo López, Félix Castillo, Jorge Yzhac, Pedro Rengel, Edith Millan, Julio Vivas, Ernesto Urbina, Daysi Gil, Hugo López, Manzula Rodríguez, Luis Ayala, Omar Yndriago, Yanet Gil - See more at: http://nuevaprensa.com.ve/node/13465#sthash.hXeWg4sI.v6ZXZqhu.dpuf
 
Isaura Gómez de Ayala, Jorge Martínez, Hugo López, Félix Castillo, Jorge Yzhac, Pedro Rengel, Edith Millan, Julio Vivas, Ernesto Urbina, Daysi Gil, Hugo López, Manzula Rodríguez, Luis Ayala, Omar Yndriago, Yanet Gil - See more at: http://nuevaprensa.com.ve/node/13465#sthash.hXeWg4sI.v6ZXZqhu.dpuf

jueves, 1 de octubre de 2020

Corte exploratorio de caolín en el Cerro El Toro

Desde el blanco, caolín de alta pureza, hasta tonos de grises y marrón, se pueden observar en el perfil del yacimiento ubicado a escasos metros del tope del cerro El Toro en Upata.

En el Cerro El Toro tenemos casi en su cumbre o tope, en el anteriormente denominado cerro El Jobo, una muestra de la intensa labor exploratoria que se realizó en Upata durante el siglo XX con el fin de detectar y cuantificar reservas minerales destinadas a satisfacer los requerimientos de las industrias y el sector construcción. Ese corte geológico, del cual mostramos varias imágenes en este artículo, deja al descubierto la veta de  se encuentra a menos de 100 metros del área donde han sido instalada una batería de antenas repetidoras, estratégicamente ubicadas en el punto de mayor altura de la cadena de cerros que abrazan por sus cuatro puntos cardinales el valle del Yocoima. En las excursiones periódicas a este patrimonio natural la mina de caolín siempre ha sido un punto obligado de visita para los jóvenes y los visitantes en general del cerro, que a veces llegan hasta estampar en las suaves paredes de las rocas caolíniticas firmas y dibujos personales, como evidencia de su paso por este pequeño yacimiento, que no obstante su calidad quedó allí petrificado o abandonado, al no ser considerado rentable para justificar su explotación comercial.

 Propiedades y Uso de Caolín
Sobre el caolín y sus propiedades tenemos varias fuentes que podemos consultar en la red. Entre éstas podemos citar el interesante estudio "Zonas Potenciales de Caolín en el estado Bolívar", de José de Jesús Freites, Angel Paulo y José Herrero Noguerol, publicado en el Boletín Geominas de la Escuela de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Oriente Bolívar número 61, agosto de 2013. Estos autores en su investigación resumen sus propiedades y usos en los siguientes términos: "El caolín, cuyo componente es la caolinita Al4[Si4O10](OH)2 es fácilmente moldeable una vez hidratado y al ser calentado se transforma en duro y resistente. Es un mineral muy apreciado en las industrias de refractarios, cerámica, química, como materia prima para la fabricación de cementos, pinturas, cosméticos, plásticos, vidrios e insumos farmacéuticos. Su peso específico es 2,6, su dureza es 2, de color blanco, es higroscópico (absorbe agua), su plasticidad es baja a moderada; su inercia ante agentes químicos, es inodoro, aislante eléctrico, moldeable y de fácil extrusión, resiste altas temperaturas, no es tóxico ni abrasivo, tiene elevada refractaredad y facilidad de dispersión, suave al tacto y difícilmente fusible, baja viscosidad en altos porcentajes de sólidos, y tiene gran poder cubriente y absorbente. Para su utilización en varias de sus aplicaciones deben ser refinados y procesados, para aumentar su blancura, pureza y otras características". 
 
Muestra de caolín del cerro El Toro

En cuanto a su origen geológico el caolín es uno de los productos finales de la hidrólisis, descomposición y desintegración de los feldespato y micas, contenido en rocas graníticas, granulitas y gneiss, es decir es un producto residual de la meteorización intensa que altera la estructura cristalina original de estas rocas, y las transforma en arcillas, caolín, óxidos de hierro y aluminio, potasio, calcio y partículas de cuarzo, los cuales son sus derivados fundamentales.