lunes, 11 de abril de 2022

Bicentenario. Su génesis, expansión y episodios. III Parte

Daniel Ruiz Correa, poeta y matemático, en tono de nostalgia nos regala su pincelada de historias sobre el Bicentenario de su infancia

Calle Canaima principal, muy cambiada con respecto a la vieja vía de la Upata de los 60 y 70.

Desde la tranquilidad de su reposo el poeta, profesor y matemático Daniel Ruiz, nos hace llegar en tono de nostalgia el siguiente relato y descripción sobre la urbanización Bicentenario de su infancia. Con su verbo de poeta y buen contador de historias rememora parte de sus vivencias acumuladas, que fueron por igual las experiencias de quienes habitaron junto a él este rincón de Upata durante los inolvidables años de la década del 70,  cuando estos niños crecieron y se hicieron adultos en la misma medida en que el barrio fue creciendo junto a ellos y logró consolidarse como territorio de hábitat y  progreso material y espiritual de muchas familias que allí sembraron su nicho de vida. 

Dejemos entonces que sea el propio Daniel "Lucas" o Bum como lo llamaban en su intimidad familiar quién nos introduzca en un pasado que los ayudó a forjar su carácter y con sus vaivenes los preparó para afrontar los retos de la superación personal, profesional o humana, como adulto de bien, identificado plenamente con su entorno vecinal y con Upata su tierra, pueblo, ciudad, realidad y escenario natural y de vida, cada uno a su modo, cada uno a su ritmo y con su timbre particular, con su propia melodía y armonía, en un concierto sinfónico sin director pero con mucha calidad interpretativa. Así inicia su relato y descripción Daniel Ruiz:

Sobrenombres y amistades

De esa infancia temprana en nuestra urbanización Bicentenario, cuando comenzamos a tener conciencia del lugar que habitábamos y el entorno de amistades, compañeros de barrio, amigos, vecinos, los nombres todos se asocian con apodos. En ese entonces cada muchacho tenía su sobrenombre. Unos relativamente amigables, otros un poco más vergonzosos u ofensivos. Humberto Bálsamo el gran amigo, compañero compadre hoy ausente, fue conocido en sus tiempos juveniles como Bachaco. Él era de los más conocidos y activos en el barrio, muy travieso y osado en sus correrías por las calles, descalzo cuando niño asi andaba, incansable, dicharachero, gran jugador de carnaval con agua, con bombas, siempre presto en su infancia para el trabajo como complemento de ingreso en el hogar y aventurero en las correrías por los sabanales y cerros cercanos a la urbanización. Luego todo un dandy tropical, muy bien vestido, amante de los colores oscuros y de la buena música, baladas sobre todo, con una envidiable colección de discos y CD, y con un teclado que supo valorar. 

Bicentenario. Su génesis, expansión y episodios. II Parte

 

La historia continúa: Bicentenario se nos hizo grande en el 70

Calle Uonquen E en el 2021, ya no es aquella vía de granzón y sin aceras que nos relata el docente Antonio Ruiz, al final en la esquina de Matea estaba el sitio de concentración de los carajitos del barrio.

Para continuar relatando el devenir temprano de Bicentenario en esos inolvidables años 60 y 70, tuvimos una larga plática  con uno de sus habitantes fundadores, cuyo nacimiento coincidió con ese año 1962 en que el sector fue formalmente inaugurado por el presidente de turno, en el marco de los 200 años de Upata. Este personaje es el mayor o bordón de la familia Ruiz Correa, el popular Coquito o Carraplana Antonio José. Precoz y flaco en sus tiempos infantiles, apodado cariñosamente en la casa "Huesito". Hoy Lic en Educación. Docente rural jubilado, TSU en Turismo, habitante aún de la casa materna en la Uonquén E. De este diálogo pudimos extraer y darle forma a su versión personal y vital sobre su amado sector que a continuación insertamos:

Comienza mi historia

Mi nombre es Antonio Ruiz. Soy nacido y criado en esta urbanización, donde he vivido 60 años, solo interrumpida por los 8 años que estuve estudiando en Caracas. Bueno ya entrando en materia te puedo decir que en primer lugar de esa década del 60, en su último parte, cuando rondábamos los 6, 7 y 8 años, no tengo muchos recuerdos, más allá de mis pequeñas historias de muchacho de escuela, estudiante del Mariño, que nos quedaba lejos, y que primeramente funcionó en el viejo colegio de las Monjas por la calle Sucre con Ricaurte, y luego fue mudado a un galpón de la calle Bolívar, donde luego se construyó su sede actual. Al frente del terreno de Mariño estaba en construcción   otro edificio, el más alto de Upata, el Centro Cívico, donde hoy funciona la Alcaldía de Piar. Era en esos momentos una estructura de columnas y pisos y techos sin terminal y sin acabados, sin paredes. Era peligroso muy arriesgado subirlo pero uno no medía el peligro y con mi amigo de infancia Bolívar con frecuencia nos trepábamos hasta su planta más alta para contemplar desde allí el pueblo.

Ya de Bicentenario que te puedo, decir, primero que recuerdo su primer parque en el mismo sitio donde está hoy, ese fue un espacio recreativo muy bien hecho. Grande y hermoso se veía, tenía su cerca perimetral no tan alta con bloques de ladrillo,  con churuatas para picnic, toboganes, un laberinto,  caminerías, áreas verdes, lástima que en menos de 10 años se convirtiera en una ruina. Era triste verlo tan abandonado y decadente, aunque aún en ese estado nunca dejamos de visitarlo y recorrerlo, ya que siempre teníamos travesuras y aventuras que inventar en sus espacios.

Bicentenario. Su génesis, expansión y episodios I

Sobre sabanas y humedales  nació la primera urbanización de Upata

Calle Upata B de Bicentenario vista desde el Parque, 60 años de historia cumple este urbanismo fundado en julio de 1962 en el marco de los 200 años de la fundación de Upata.
Allende humedales de invierno, sabanas de todo el año, arenales de bestias cimarronas y teuteus reveladores de supuestos embarazos ocultos. Allí en esta ancha y por siglos despoblada llanura de ventoleras y chaparrales, hace 60 años, en 1962, se instalaron familias esperanzadas en un futuro más promisorio, muchos de ellos atraídos por la promesa de minerales cercanos, el hermoso hierro de El Pao, la aún chica Siderúrgica de Matanzas y el dorado metal de las cuevas y barrancos de El Callao. Sobre este suelo diríamos infértil pero prometedor, monaguenses como Luis Cañas y Antonio Ruiz Colón, deltanos como Don Pedro Hernández, margariteños y uno que otro anzoátiguense, como mayorías masculinas, echaron raíces, y dieron forma a sus hogares, cobijados bajo aquellas humildes y alineadas casas, obra y gracia de la naciente democracia representativa. Así nació una comunidad, al calor de las fiestas bicentenarias, un sector residencial que poco a poco se fue haciendo realidad y proyecto de futuro, donde el elemento nativo upatense y guayanés predominaba en sus bellas mujeres. Para iniciarnos en este trayecto histórico y de cotidianidad qué mejor que el relato y la descripción de uno de sus actores, el periodista Juan Ruiz Correa, autor de este escrito, quien en tono de autobiografía intentará dibujar cómo fueron esos primeros años del urbanismo. Su escrito es el siguiente:

Al cabo de diez años en 1970 este nuevo urbanismo siguía siendo el mismo: mustio, callado, esperanzado, empobrecido, donde su gente joven, ahora repletos de muchachos, ven pasar el tiempo con lentitud provinciana, donde las promesas de una existencia más cómoda y placentera seguía siendo eso. Una promesa incumplida de aquella democracia en camino lento a la pubertad. 

Y se hizo la luz 

En ese escenario, de historias sencillas y esfuerzo diario por la supervivencia, despertamos a la conciencia, entre 1972 y 1973, aunque la entremezcla de recuerdos nos llevan a otras aventuras infantiles aún más atrasadas en el tiempo. Como aquel juego precoz y osado de papá y mamá con una vecinita en el patio oscuro de mi casa, dividido por una cerca gallinera, que utilizábamos como frontera de pequeñas exhibiciones inocentes, “enséñame que tú tienes”, me decía, y yo mostrando con más pena que ansiedad mi zona más íntima. 

Vemos también una fila de muchachitos con braga roja en el kinder del Santo Domingo, trazando líneas culebreras en vez de recta formación. Más borroso aún observamos, como en un caledoscopio, a un imberbe juancito rompiendo lentes de maestras, y al mismo personaje ocultándose en el piso del asiento posterior del carro de su padre el Inspector Ruiz, para viajar de polisón y brotar luego como invitado en un sitio desconocido, teniendo obviamente que soportar los regaños y la resignación del papá ante tan repentino acompañante.  

Vemos de repente un enorme televisor de marco de madera y plástico, quizás un Telefunken, con la imagen blanco y negro de un sitio que llaman Venezuela y ¿qué será eso?, me pregunto, hasta que por fin al cabo de varios meses comencé a medio entender que era un país, y que esa era mi casa grande, así como Upata y Bicentenario mi casa chica. 

viernes, 1 de abril de 2022

Floración de especies silvestres y ornamentales de Upata en febrero y marzo de 2022

Apamate en flor (Tabebuia rosae) en el Terminal de Pasajeros de Upata, marzo del 2022, a 350 metros sobre el nivel del mar. Ver más en https://hemisferiosurguayana.blogspot.com/2015/05/upata-es-ciudad-de-apamates.html

Calliandra laxa var estipulacea en la cima del cerro El Toro, a 670 metros sobre el nivel del mar, sector Las Antenas, en febrero del 2022. Ver también en https://hemisferiosurguayana.blogspot.com/2020/12/arboles-de-upata-yagrumo-yopo-y-zapatero.html

Bauhinia acuelata "pata e vaca", en el cerro El Toro, a 450 metros sobre el nivel de mar, en marzo de 2022. Ver también en https://hemisferiosurguayana.blogspot.com/2021/03/flores-silvestres-en-upata-una-primera.html

Después de una pausa de meses en Hemisferio Sur Guayana retornamos al tema y las imágenes de la flora nativa y las especies de árboles ornamentales que forman parte del patrimonio vegetal de Upata y sus alrededores. En esta oportunidad vamos a insertar alguna imágenes recientes de flores silvestres de las especies autóctonas que en estos meses iniciales del año 2022 han desplegado su floración en las ecosistemas serranos del valle del Yocoima. En esta oportunidad estas plantas gozan de un clima excepcional de lluvias y días nublados, atípicos para esta temporada que debería ser de sequía. Sin más, disfruten de esta selección, en la que indicamos especie, lugar y fecha.