martes, 7 de julio de 2020

Upata ciudad de esperas y retos cumple 258 años Felicitaciones a la Villa del Yocoima y a sus habitantes

Upata desde el Cerro El Toro

Video  de Upata a propósito de sus 258 años de historia youtu.be/O7WyyN6KnsU
Paseando por el Casco Central frente a la antigua Casa Verde

Piedra de Santa María Atalaya de la Villa del Yocoima
258 años cumple la Villa de San Antonio de Upata, fecha que rememora la fundación de esta aún joven ciudad del Yocoima. Como todos los años desde Hemisferio Sur Guayana imágenes más que palabras nos transportan por los recodos y los espacios urbanos o rurales de la capital del municipio Piar, una ciudad que con sus caseríos suma una población no menor a los 120 mil habitantes. Upata con su suave clima, con sus calles y urbanismos, enmarcada en un escenario de verdes colinas, celebra desde la pausa y la contención social por la pandemia del Covid 19 esta fecha histórica de fundación hispánica, cuando al cobijo de la cruz y los arcabuces y en el nombre de Dios comenzó a transitar su rol primero como centro administrativo de las Misiones del Caroní
 
Calle Miranda la más comercial y transitada de Upata
Avenida Rómulo Gallegos

Profundos cambios ha experimentado la Villa, hoy ciudad. Con retos enormes. En lo socioproductivo. Una población que vive fundamentalmente de un fuerte movimiento comercial, de agencias bancarias y de servicios, instituciones oficiales, y de su ancestral importancia como epicentro agrícola y pecuario de primer orden en el estado Bolívar, especialmente en lo que concierne a la producción de carne y leche bovina, y al cultivo de rubros de origen vegetal como la yuca, maiz, hortalizas, lechoza, cambur, aguacate, entre otros; también asiento de innumerables factorías para la fabricación artesanal y semi industrial de queso y sus derivados, dulcería y panificadoras, casabe, pequeñas industrias de la madera, metalmecánicas, de la construcción y mineras, como las recientemente constituidas plantas auríferas Serrapia y Beracak en la zona de Guacamayo.  
Upata posee por lo tanto un gran potencial que aún no ha podido absorber la demanda de empleo estable de sus pobladores, que ante la compleja situación económica y la contracción de la oferta laboral en la industrial Ciudad Guayana, en gran número se están movilizando aún en este tiempo difícil de pandemia del covid 19 hacia las zonas mineras del Sur en busca del sustento familiar o que se dedican con mayor fuerza a las actividades de comercio informal; todo un mercadillo de cualquier producto o servicio, es propicio y necesario para sobrevivir condiciones tan duras.     
Río Yocoima, al fondo el Puente Bolívar 
Plaza Bolívar e Iglesia con su remozada fachada
Uneg Recría en el sector Altagracia
Estudiantes de la Uneg Menca de Leoni 
Desde El Candado el Cerro El Toro
Upata está asediada por problemas de difícil resolución, asociados a las fallas en los servicios públicos esenciales: transporte ineficiente, caro y mal supervisado, dificultades en el suministro de agua desde sus dos acueductos, vaivenes en el flujo eléctrico, ausencia de un plan integral de ordenamiento urbano. Además vive conmocionada por el incremento de la inseguridad ciudadana y niveles de violencia criminal, atizados por la permanencia de bandas y "pranatos" vinculados al sector de la minería aurífera desordenada que se practica cada vez más cerca de la ciudad.
No obstante Upata y su gente, herederos de tradiciones y cultura, orgullosos moradores de una ciudad estratégica y de historia, cuna de grandes mujeres y hombres vinculados al quehacer artístico, instituciones, empresas, educadores, creadores, deportistas, este 7 de julio celebra esta fecha de fundación con la convicción de que en este valle prodigioso, anfiteatro de verdes colinas y clima suave, seguiremos anclados al reto de hacerlo más grato, desarrollado, ordenado y en equilibrio. Difícil compromiso que asumimos en el día a día quienes de verdad queremos a esta noble y verde Tierra Mi Tierra de los Guayanos, auténticos guardianes de este valle lamentablemente exterminados por la espada, el alcabuz y las escrituras del catolicismo decadente de la venida a menos España imperial del siglo XVIII.
Compromiso que tienen sus autoridades locales, en especial la alcaldesa Yulisbeth García, y al cual sin distingo de color, credo, nos debemos sumar todos, para que esta morada sea un recinto de crecimiento económico integral y espacio apto para el desarrollo espiritual de nuestros hijos, con logros y proyectos que con persistencia hemos promovido personalmente en este espacio difusión y en el blog hermano Upata Octavo Paralelo…
Dique en el Cerro El Toro en creciente extraordinaria
Redoma de Hipódromo La Campiña hace una década
Dr Raúl Vang Prag, busto en la plaza que lleva su nombre 
Subida al Calvario final de la calle Bolívar
Ocaso en el valle con su silueta de colinas
Sede del Cuartel de Bomberos de Piar Coronel Raúl Naar
Cementerio Viejo, al fondo el Cerro El Corozo
En 2011 así avanzaba la construcción de complejo habitacional en la Redoma Rafael Caldera
Upata Mi Tierra Rosa del Bosque según credo y leyendas de grata permanencia, Upata ciudad, Upata realidad, Cruce de Caminos, la de los Carreros que ya no están, la del célebre Batallón Rifles de heroica participación en la Guerra de Independencia, la del exquisito queso guayanés y las cucas o catalinas, la del casabe pan de pobre y rico, la de la madera procesada y las rocas milenarias que se exhiben en patios calles y lomeríos. La que fue escenario principal de la célebre novela Canaima del maestro Rómulo Gallegos, la del afrodisiaco babandí y la quina medicinal, la del Ánima de Parasco y el León de Guacarapo, la de Tomasote, la que fue morada infantil del niño Alejandro Otero pintor escultor de talla universal, de quien lamentablemente no tenemos escultura o pintura alguna que lo proyecte como Hijo de esta Villa. Upata cuna de hermosísimas mujeres cantadas por poetas y halagadas por todos. Upata india desconocida del mito ancestral. Ciudad de Todos. Pueblo que resiste la dureza de estancamientos económicos y la ineficacia de sus malos hijos que la han gobernado como bodega y negocio personal. Up Ata…Tenemos confianza en que pronto, muy pronto, serás mejor morada para todos.
Autopista a Guasipati llegando al Aeropuerto de Upata
Estatua de Bolívar en Upata
San Lorenzo en el área suburbana de Upata
Represa El León reservorio hídrico de Upata

Upata en la pluma del doctor Eduardo Oxford ilustre hijo de estas tierras guayanesas

A manera de complemento y como una colaboración personal a la divulgación del oculto y poco promovido patrimonio documental alusivo a nuestra ciudad de Upata recogemos un magnífico fragmento en la elegante prosa del doctor Eduardo Oxford insertado en su libro "Geografía Médica del Yuruari", trabajo especial presentado por el ilustre médico en el III Congreso Médico Venezolano celebrado en Valencia en junio de 1921, citamos:

"UPATA 
CAPITAL DEL DISTRITO PIAR 

A la falda umbrosa y siempre fresca de la cordillera de Imataca, entre armonías de prestigio y elegancias de señorío  encantador, se levanta una villa, honesta, plena de encantos y de primaveral esplendidez, impregnando el ambiente con el aroma arrobador de sus virtudes y la gracia de sus eternas maravillas. La sonrisa en sus labios de Odalisca, delinea la exquisitez en los repliegues que derrochan el candor y la ternura y en su mirada de virgen musulmana, se magnifica la belleza con el topacio que luce sus encantos en la radiosa joyería de las zonas yuruarenses. 

En el desfile de las épocas ya idas, que la Historia evangeliza en sus agrados, ella fulgura con los diamantes cristalinos de sus triunfos y la enseña primorosa de sus éxodos. El blancor de la nieve no aprisiona en su undosa cabellera el membrete de penosas añoranzas, ni la bruma de atardeceres invernales. 

En sus labios, que diluvia dulcemente el surtidor de lo ingenuo y de lo bello, hay actividad en apoteosis, magnificencias de juventud integradas de entusiasmos y florecimientos de arte y de cultura; y en su espíritu se desgranan los matices lúcidos del alba y los plácidos ensueños de las tardes otoñales. 

Upata es íntima, es gallarda y es magnánima. 

Upata es Goethe amenizando desde el olimpo de la civilización, el gallardete de la mejor cultura: luz , luz, más luz; es Shakespeare en la emoción de sus virtudes consagradas; es Rodó en los estrados de la Sociología, maestro, amparo, misionero. 

Los atrayentes coloridos del modernismo y sus delectaciones por lo bello y elegante, unieron en baílente, jubilosa romería, en sugestivo y marfilino haz, los manojos de una civilización siempre renovada, enaltecida siempre con la diadema fúlgida de Diana y la lucidez helénica de Apolo. 

En el desenvolvimiento de nuestra Gran Epopeya, ella llenó un capítulo de brillos. Los briosos clarines de nuestra histórica contienda, conmovieron sus auras, encumbraron sus anhelos y robustecieron sus energías; y, embebida en los épicos afanes de los libres, inscribió su nombre en el Catálogo de nuestra Democracia, al margen mismo de su vida independiente. 

Personera del propósito sagrado, se intensificó en los repliegues de la bandera gloriosa de la Patria; y marchó con denuedo, altiva la frente y serena la mirada, en resolución 
solemne, irrevocable, con todos sus equipos, sus estrategias y sus valores, al campo memorable de San Félix. El amor a la libertad solemnizó la fe en su espíritu, abrevando los afanes épicos de mejores resonancias. 

Chirica admiró sus despejos en la brega, apreció sus ímpetus de patria y aplaudió con una palmada de cariño la parte que a Upata correspondía. . . . 

Y culminó en el triunfo con el estrépito marcial del convencido y pernoctó en la gloria, embrazada a las orientaciones perínclitas, resplandeciendo en su faz la carcajada emocionante de la satisfacción hecha heroísmo. 

Allí, en la “ciudad caballeresca y gentil”, el arte, en un incendio de bellezas, de idealidad y de pinceles, compenetra en sus aspiraciones nobilísimas, en sus ardores de vivir la vida de Helicón, los dones decorativos del prodigio, junto con la hostia consagrada en los altares de la diosa-alma, porque Upata es búcaro, es orfebre y es celaje. 

En los contornos pintorescos de su hospitalidad y de sus inquebrantables propósitos de bien, no es la ola que en sucesión de esfuerzos y bravuras, avanza en tropel hacia la playa; es la musa que, en amable y graciosa epifanía, marcha apacible, entre acordes de regocijo espiritual, hacia la idea que se eterniza y atrae por la interpretación que luce en el lienzo de un crepúsculo marino y por la forma que combina la dilecta floración de una mañana en primavera. 

Upata habla a la naturaleza con la prestancia inimitable del que, ufanado en las elocuentes doctrinas redentoras, labora y fomenta en el predio de la lucha material, los éucaris con que la agricultura y la cría magnifican el pendón del amarillo bienestar. La euritmia edificante en el sendero del esfuerzo cuotidiano, reasume el criterio que, en conjunto, cristalizan los afanes protectores de una existencia plena de satisfacciones y de orgullo. 

Yocoima incorpora con vínculos fraternos, las demarcaciones de la urbe en el rítmico cantar de sus aguas ribeteadas de cristales; y en elocuencias de períodos edénicos, se deslizan y se expanden con la majestad de vibrantes recitales, que son estímulos, heráldicas y aplausos. 

En las suaves cascadas que sus ondas abrazan con placer, no es borrasca que cruje y se arremolina en espesas polvaredas, encendiendo en el ambiente el negror de acentos encon¬trados que horripilan; es el ave de las frondas tropicales que saluda el renuevo de Febo en su misión de claridades y beneficios, con partituras que, al unísono, armonizan las auras, las flores y las palmas. 

El amanecer en aquella hija predilecta de Imataca, trasparenta la delicadeza de sus coloridos, entre el verdor amable de las selvas, destacándose en el fondo, una singular policromía que tiene originalidades de ámbar del Mar Caribe, magnificencias de una espiritualidad eximia y glorificaciones que robustecen en los vergeles parnasianos, los alientos, las crisantemas de la belleza y la cristalería de afectos que nacen en los ensueños del espíritu y crecen y viven la vida de los tiempos en los hermosos pabellones de la sociabilidad y la cultura. 

Sus tardes abrazan complacidas los espacios con una religiosa dulcedumbre; y en sus alegres aspiraciones, como conquistadoras de luces y penumbras, circunda su frente con detalles, el esplendor de una mirada que desgrana bellísimos regueros en los amplios sitiales de Occidente". 

1 comentario:

Alí Reyes dijo...

Felicitaciones a Upata y a los upateños también, desde Maringá.