En la secuencia gráfica, arriba estación terrena satelital que se construye en Luepa, abajo, Fuerte Maricuya, sede del Batallón Mariano Montilla del Ejército, V División de Infantería de Selva, al fondo tepuyes Ptari Merú, Sororopán Tepuy, en el anfiteatro de colinas del sector Oriental del Parque Nacional Canaima Gran Sabana.
En la entrada al mítico paisaje de la Gran Sabana sector Oriental del Parque Nacional Canaima, está enclavada la hermosa localidad de Luepa, conformada por un conjunto de colinas en el anfiteatro de la zona más elevada de la carretera Troncal 10 que une las zonas mineras del Km 88 en Sifontes con la ciudad de Santa Elena de Uairén, en un tramo de 230 kilómetros aproximadamente.
Luepa, localizada a unos 1400 metros de altura sobre el nivel del mar, es famosa por su Monumento al Soldado Pionero, en la entrada de la región de sabanas, por la estación campamento de Edelca, por ser la sede del Batallón Mariano Montilla del Ejército, en su sede del Fuerte Maricuya, posee una pista aérea de considerable longitud, ahora mejorada con una torre de control, a 4 kilómetros del Fuerte, en la vía que conduce a Kavanayen.
En enero del 2008 estuvimos en la zona, en la cobertura de la visita de los ministros y el vicepresidente de la República programada para supervisar en sitio los avances del centro de control o estación terrena del Satélite Venasat 1 Simón Bolívar, que allí construye el Gobierno Nacional, conjuntamente con una nueva subestación de Edelca, y otras obras complementarias, todas ubicadas en terrenos bajo control militar.
Hasta acá todo bien. Excelente la atención del subcomandante del Batallón mayor José Castillo y su personal de tropa, soldados color de tierra, jóvenes humildes, que soportan con orgullo y paciencia los rigores de aquel clima frío de enero, y la soledad de aquellos parajes, muy lejos de sus ciudades bulliciosas. Con una temperatura mínima en torno a los 12 grados la mañana del 9 de enero se nos antojó en extremo compleja, con nubes de techo bajo que impidieron el aterrizaje de aviones.
El paisaje de la Gran Sabana en este recodo está cargado de una serenidad propia, sin el enorme flujo de turistas que prefieren otros sitios para acampar. Lamentablemente la presencia del Estado Nacional, de la Gobernación y Alcaldía, en la zona deja mucho que desear, suponíamos que con nuestro Proceso Revolucionario este sector estratégico, ubicado a menos de 20 kilómetros de la línea fronteriza con Guyana, con nuestro Territorio Esequibo, estaría en mejores condiciones de atención. No obstante se siente un pesado clima de olvido y desidia oficial, apenas alterada por la presencia de nuestro Ejército.
La carretera, que en el tramo Upata-Km 88, fue sometida a una intensa reparación en Luepa está convertida en un auténtico desastre, con huecos enormes, baches, alcantarillas intervenidas y calzadas sin asfalto. No hay un sistema de información turística, módulos o personal que oriente al visitante, ni de la Dirección Regional ni del Ministerio del Turismo. Suponíamos que en este tramo hasta el Kamá Merú deberían estar instalados ambulatorios, para atender posibles contingencias o accidentes de los turistas, pero nada de eso se visualiza.
Con todo y que en el futuro se nos promete una instalación de telecomunicaciones modelo en Luepa no hay cobertura de telefonía de ningún tipo, expuestos estamos a cualquier emergencia y las posibilidades de comunicación son nulas. Y para rematar las calamidades que sufre esta tierra de ensueño, no hay gobierno local o regional o Autoridad de Área que asuma la tarea de recoger y tratar la basura, que se exhibe prodigiosa y amenazante frente al Aeropuerto de Luepa y la entrada al Kamá Merú, alterando peligrosamente el frágil equilibrio ecológico de este espacio geográfico Patrimonio Natural Universal, propiciando la multiplicación de animales dañinos, y generando sin duda la contaminación del suelo y las aguas de nuestro más imponente Parque Nacional.
Sentimos que una vez más, como lo reclama con fuerza el Presidente Chávez, en ese Sur maravilloso, anhelado por turistas nacionales e internacionales, la presencia del Estado es débil. No se justifica tanta desidia, tanta ausencia de gobierno. Resulta un contrasentido la falta de planes para que en temporadas altas, como la de principios de enero, nuestra Gran Sabana, se exhiba ante los ojos del turista como una tierra no sólo hermosa sino con servicios integrales de atención al visitante, que incluso le garantice a éstos el suministro seguro y oportuno de combustible, para evitar largas y penosas colas en las pocas estaciones de servicio. En vez de esa realidad positiva nos encontramos con una carretera que no hace honor a su importancia estratégica, a su ancho de vía, a su infraestructura, y con un mirador del salto Kamá Merú sin el muro protector de madera, que impida la posibilidad de accidentes, como el que sufrió este mes de enero del 2008 un indígena, que resbaló y cayó al precipicio, con resultado fatal, situación que puede involucrar en cualquier momento a nuestros turistas.
Por favor señores burócratas de Alcaldía, Gobierno Nacional, Gobernación, Autoridad de Area, Ministerio del Ambiente, trabajen y rescaten a Luepa de su pequeño gran estado de abandono. No esperen hasta que se inaugure la estación terrena del satélite para hacerle un cariño y activar un plan de atención al turista y al indígena en esta hermosa población del profundo Sur de la Guayana. Eso sería desleal y poco ético. Recursos tienen. Como bien lo sabemos lo que les falta es voluntad y deseos de ser eficientes servidores públicos.
Luepa, localizada a unos 1400 metros de altura sobre el nivel del mar, es famosa por su Monumento al Soldado Pionero, en la entrada de la región de sabanas, por la estación campamento de Edelca, por ser la sede del Batallón Mariano Montilla del Ejército, en su sede del Fuerte Maricuya, posee una pista aérea de considerable longitud, ahora mejorada con una torre de control, a 4 kilómetros del Fuerte, en la vía que conduce a Kavanayen.
En enero del 2008 estuvimos en la zona, en la cobertura de la visita de los ministros y el vicepresidente de la República programada para supervisar en sitio los avances del centro de control o estación terrena del Satélite Venasat 1 Simón Bolívar, que allí construye el Gobierno Nacional, conjuntamente con una nueva subestación de Edelca, y otras obras complementarias, todas ubicadas en terrenos bajo control militar.
Hasta acá todo bien. Excelente la atención del subcomandante del Batallón mayor José Castillo y su personal de tropa, soldados color de tierra, jóvenes humildes, que soportan con orgullo y paciencia los rigores de aquel clima frío de enero, y la soledad de aquellos parajes, muy lejos de sus ciudades bulliciosas. Con una temperatura mínima en torno a los 12 grados la mañana del 9 de enero se nos antojó en extremo compleja, con nubes de techo bajo que impidieron el aterrizaje de aviones.
El paisaje de la Gran Sabana en este recodo está cargado de una serenidad propia, sin el enorme flujo de turistas que prefieren otros sitios para acampar. Lamentablemente la presencia del Estado Nacional, de la Gobernación y Alcaldía, en la zona deja mucho que desear, suponíamos que con nuestro Proceso Revolucionario este sector estratégico, ubicado a menos de 20 kilómetros de la línea fronteriza con Guyana, con nuestro Territorio Esequibo, estaría en mejores condiciones de atención. No obstante se siente un pesado clima de olvido y desidia oficial, apenas alterada por la presencia de nuestro Ejército.
La carretera, que en el tramo Upata-Km 88, fue sometida a una intensa reparación en Luepa está convertida en un auténtico desastre, con huecos enormes, baches, alcantarillas intervenidas y calzadas sin asfalto. No hay un sistema de información turística, módulos o personal que oriente al visitante, ni de la Dirección Regional ni del Ministerio del Turismo. Suponíamos que en este tramo hasta el Kamá Merú deberían estar instalados ambulatorios, para atender posibles contingencias o accidentes de los turistas, pero nada de eso se visualiza.
Con todo y que en el futuro se nos promete una instalación de telecomunicaciones modelo en Luepa no hay cobertura de telefonía de ningún tipo, expuestos estamos a cualquier emergencia y las posibilidades de comunicación son nulas. Y para rematar las calamidades que sufre esta tierra de ensueño, no hay gobierno local o regional o Autoridad de Área que asuma la tarea de recoger y tratar la basura, que se exhibe prodigiosa y amenazante frente al Aeropuerto de Luepa y la entrada al Kamá Merú, alterando peligrosamente el frágil equilibrio ecológico de este espacio geográfico Patrimonio Natural Universal, propiciando la multiplicación de animales dañinos, y generando sin duda la contaminación del suelo y las aguas de nuestro más imponente Parque Nacional.
Sentimos que una vez más, como lo reclama con fuerza el Presidente Chávez, en ese Sur maravilloso, anhelado por turistas nacionales e internacionales, la presencia del Estado es débil. No se justifica tanta desidia, tanta ausencia de gobierno. Resulta un contrasentido la falta de planes para que en temporadas altas, como la de principios de enero, nuestra Gran Sabana, se exhiba ante los ojos del turista como una tierra no sólo hermosa sino con servicios integrales de atención al visitante, que incluso le garantice a éstos el suministro seguro y oportuno de combustible, para evitar largas y penosas colas en las pocas estaciones de servicio. En vez de esa realidad positiva nos encontramos con una carretera que no hace honor a su importancia estratégica, a su ancho de vía, a su infraestructura, y con un mirador del salto Kamá Merú sin el muro protector de madera, que impida la posibilidad de accidentes, como el que sufrió este mes de enero del 2008 un indígena, que resbaló y cayó al precipicio, con resultado fatal, situación que puede involucrar en cualquier momento a nuestros turistas.
Por favor señores burócratas de Alcaldía, Gobierno Nacional, Gobernación, Autoridad de Area, Ministerio del Ambiente, trabajen y rescaten a Luepa de su pequeño gran estado de abandono. No esperen hasta que se inaugure la estación terrena del satélite para hacerle un cariño y activar un plan de atención al turista y al indígena en esta hermosa población del profundo Sur de la Guayana. Eso sería desleal y poco ético. Recursos tienen. Como bien lo sabemos lo que les falta es voluntad y deseos de ser eficientes servidores públicos.
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