martes, 13 de abril de 2021

En abril sobresale el rojo intenso de la Rosa de la Montaña: flor representativa de nuestros bosques upatenses

Este arbusto oculto y desapercibido para quienes no conocen la riqueza floral de nuestros ecosistemas no es otra que la Brownea coccinea o Rosa de Montaa, una planta que durante todo el año se mantiene verde, oculta bajo la sombra de sus pares arbolados más elevados, pero que a partir de marzo y abril despliega su particular flor como capullo solitario de un rojo intenso, que se caracteriza por desplegar todo su brote floral como en caída, es decir no está erecta sino suspendida, al igual que sus hojas. La Rosa de Montaña, pertenece a un género como el Brownea que se caracteriza por tener algunas de las flores más espectaculares de los ecosistemas boscosos de América tropical, abundante por lo tanto en los bosques secos y húmedos de Venezuela, en alguna de sus variantes la Brownea macrocantha, la ariza y la grandiceps, entre otras.

Y tal como lo habían anunciado los moradores de nuestro Cerro El Toro, al este de Upata, abril es el mes de los brotes florales más representativos de los ecosistemas boscosos y de sabana que son comunes en este sector de la ciudad. En la quebrada de El Caballo, en su franja selvática protectora cada vez más arrasada por la tala de sus mejores árboles, crece en sus partes más bajas una de las especies más afamadas de la tradición botánica guayanesa, como lo es la Rosa de la Montaña, cantada por poetas, ensalzada por la prosa de nuestros abuelos, y que forma parte de las historias y leyendas vinculadas con la fundación de la villa de Upata, y con el hecho de haber sido según algunas fuentes literarias una de las especies vegetales más admiradas por los pueblos indígenas que tenían su morada en este valle prodigioso en biodiversidad. 


La Rosa de la Montaña es una especie de la familia botánica de las fabáceaes y en particular de la subfamilia de las Caesalpinioideae, es decir es pariente de los clavellinos, de la acacia flamboyán, de las bauhinias o patas de vacas, las sennas o cassias, entre otras tantas leguminosas. En cuanto a su género hay que destacar que lo constituyen unas 30 especies, todas llamativas por su particular floración de un rojo intenso, que junto con su néctar y fragancia atraen insectos polinizadores y hormigas en abundancia, tal como queda evidenciado en las fotografías. 

Las Brownea coccinea que insertamos en esta reseña se encuentran protegidas en el interior del bosque protector de la Quebrada del Caballo en una zona de suaves pendientes, aunque también las hemos avistado en la zona boscosa alta del cerro a 660 metros sobre el nivel del mar, bajo el resguardo de frondosos árboles.

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