martes, 21 de junio de 2022

Recorriendo nuevo sendero en el cerro El Toro. Ruta a la loma alta frente a La Romana de Upata.

En este punto de la cima del Toro iniciamos otro sendero a la loma alta del parque natural que colinda con La Romana.

Paisaje de sabana rocosa, al fondo a 500 metros se divisa el topo de las antenas.

Roble, alternado con rocas, matorrales, hierbas y a un costado árboles secos, al fondo serranía del norte de Upata.

Después de los matorrales, sabanas y bosque bajo, se divisa el valle central del cerro El Toro, naciente de su quebrada de El Caballo.

Un reto para los senderistas atravesar la pequeña hondonada y trepar hacia la colina más occidental del cerro El Toro, la que enlaza con el sendero que parte de la quebrada de El Caballo y atraviesa por la cima este sector del parque natural.

Camino del sendero sur al topo La Romana

A principios de junio del presente año 2022 tuvimos la oportunidad de realizar un recorrido inusual por uno de los tantos senderos que nos obsequia el Parque Natural Cerro El Toro de Upata. Este sendero se inicia a un costado de la última antena de la cima del cerro, por un camino no demarcado entre peñascos, piedras ocultas de mediano tamaño, y una vegetación de sabana y matorral. Ya recorrido unos 100 metros encontramos sí el primer camino por entre aquel paisaje abierto, desde el cual podemos visualizar al este el valle del Candado y al Sur la autopista a Guasipati, la cuenca boscosa del río Yocoima, Laguna Larga, después de Las Llaves y las suaves serranías cercanas a los cerros La Madama, La Cruz, y los distantes Machí y Apurito, en la zona de contacto con la cuenca del Yuruari. 

Este sendero culmina en su primer sector a unos 500 metros de distancia ya en el topo del cerro El Toro que colinda con la Alcabala y el sector La Romana, uno de los tres más característicos de este relieve. Aunque no cuenta con un mirador excepcional en aquella dirección debido a algunos bosques medios que ocultan el panorama, si posee una interesante sucesión de lajas, formaciones rocosas milenarias a flor de piedra, afloramientos que le dan a este ecosistema su particular fisonomía, sobre las cuales crecen vegetales, altos y bajos, que se han adaptado perfectamente a este sustrato mineral. 

Hermoso ejemplar de roble.

Robles, chaparrales y matorrales, se alternan en sucesión, en una especie de pequeño valle alto, donde sí es posible encontrar un suelo despejado parcialmente de rocas. Existen en estos parajes varios caminos relativamente fáciles de recorrer que nos permiten el contacto directo con la naturaleza silvestre y solitario de aquella zona, donde por cierto suelen pastar los pequeños rebaños de ganado vacuno que se encuentran dispersos en ese sector de El Toro. Desde la visual se puede detectar arriba otro ángulo del topo grande del cerro, el de las antenas de El Jobo, con su manto boscoso que lo cerca por el este y el oeste, así como el valle interior del Parque Natural este sí de considerable extensión, que conforma el espacio natural de mayor tamaño del sector, donde están las fuentes de agua que alimentan la quebrada de El Caballo y el sistema de acuíferos del piedemonte de la serranía aledaño a las zonas de San José, Sierra Tres y Manuel Piar. 

Otro árbol en suelo dominado por sustrato rocoso
Luego por un camino rocoso, y de dura sabana, un tanto más accidentado, se puede enlazar este sendero en un viaje un tanto más paciente, con el otro sendero de la colina más occidental del cerro El Toro, la que se inicia a un costado de la misma quebrada de El Caballo. Esta travesía se pudiese hacer en una hora aproximadamente ya que en algunos trechos no hay caminos visibles, y porque habría que atravesar algunas áreas con unas pendientes no tan suaves. De todas formas con el calzado adecuado, la compañía necesaria de varias personas, podría ser factible su uso, y la posterior demarcación de la senda más adecuada para completar este otro anillo, desde las antenas hasta la quebrada en cuestión, pasando por toda la cara frontal del cerro que es la más visible desde la ciudad de Upata. En esta zona ya hay un contacto visual más directo con el valle en el cual está enclavado el casco urbano de la capital del municipio Piar, y la calidad de las panorámicas que podemos obtener desde sus incontables miradores rocosos, es excepcional.

Silueta este del cerro bajando las antenas.

No hay profusión de aves en este sector del parque natural pero si una variedad de formaciones vegetales, que pasan desde la saxícola, buches, orquídeas, helechos, copey, sobre afloramientos rocosos, sabanas, matorrales, espinares, manchones breves de bosques en dirección al valle central del cerro, donde predominan entre otras especies el infaltable roble, habitante destacado de este patrimonio ecológico de la ciudad, así como el omnipresente yacuare o callandria que es muy abundante, al igual que el chaparro, y una larga sucesión de árboles, arbustos, hierbas y cactáceas, cuya variedad es digna de un inventario más detallado por expertos. Otro elemento llamativo de este sendero es que al igual que todo el cerro El Toro en su conjunto ofrece diversas muestras de material mineral rocoso flotante de diversos tamaños y lajas o afloramientos a ras de suelo, que constituyen una muestra interesante del pasado litológico de estas tierras altas de Guayana, pertenecientes a la provincia geológica de Imataca, donde predominan las rocas metamórficas félsicas, gneis y granúlitas, en simbiosis con sectores con abundancia de cuarcitas ferruginosas, anfiboles y pequeñas rocas tipo guijarro de material cuarzoso que afloran también en su sustrato. 

El clima en esta sendero es suavizado por el constante viento del este, los alisios, que sopla con intensidad sobre todo en la temporada seca, pero que en la de lluvias son un tanto más calmados. Con una temperatura media en torno a los 24 y 25 grados, y máximas normalmente entre 28 y 30 grados, caminar en estos parajes no deja de ser un ejercicio agradable en las horas de mayor insolación y una delicia para los amantes de la naturaleza. 

Pequeño valle interior en este sendero.

Sobre cima arbolada se divisa parte de la ciudad.

En lo alto la sabana predomina, al fondo el valle del Yocoima y su ciudad Upata.

Desde la altura del topo La Romana se divisa la subestación de Corpoelec, y el extenso valle del Yocoima, más al fondo sistema de colinas del sur de la ciudad.

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