Jóvenes y niños recreándose y practicando deporte en el Parque Bicentenario. |
Adultos en una ronda de aerobics o ejercicios bailados al aire libre. |
Caminerías, bancos, áreas verdes y parque infantil del Parque. |
Parque Bicentenario Alejandro Otero. |
Desde finales de la década del 90 cuando por fin fue recuperado en una primera etapa, ya han transcurrido más de 30 años de uso intensivo de este espacio público; y sus habitantes obviamente ya lo valoran como un sitio emblemático para la práctica del deporte en su cancha techada Profesor Silverio Martínez, actos culturales en su anfiteatro central.
El Parque posee además con espacios internos como el gimnasio cubierto para fortalecimiento físico con aparatos, gimnasio al aire libre, caminerías, parque infantil, bancos, cantina, áreas verdes en general, y el espacio sombreado bajo un viejo samán y otros árboles frondosos contiguo a la cancha, que todas las tardes es utilizado para jugar dominó por los vecinos de la urbanización Bicentenario .
Estas instalaciones recreativas y de encuentro colectivo son administradas y custodiadas por el gobierno municipal, ente que a su vez está encargado de su mantenimiento, limpieza general, desmalezamiento y reparaciones mayores y menores.
El parque hasta las 9 de la noche mantiene abiertos sus espacios para la recreación pública. |
Los adultos mayores reunidos a la sombra jugando dominó en horas de la tarde. |
Los más jóvenes fortaleciendo musculatura en el gimnasio al aire libre. |
Breve historia del Parque
El Parque Alejandro Otero fue construido por el gobierno de Rómulo Betancourt entre 1960 y 1962 como el primer espacio público de esparcimiento familiar para los habitantes de Upata, en un terreno contiguo a la urbanización obrera levantada en esa misma fecha al este de la Villa del Yocoima. Todo ello enmarcado en el plan de obras del Bicentenario de la fundación de Upata, que se conmemoró el 7 de julio de 1962, cuando el presidente Betancourt hizo acto de presencia en la ciudad, para la celebración de tan importante fecha.
Lamentablemente por indolencia de muchos vecinos que entonces no valoraron este sitio de recreación, por ausencia de un plan de mantenimiento y cuidado de sus caminerías, infraestructuras metálicas y en concreto para juegos al aire libre, casetas techadas, y su cerca perimetral, el Parque Bicentenario en la década de los 70 y los 80 sufrió un largo proceso de deterioro y destrucción, que lo convirtió en tierra de nadie, abandono, invadido por la maleza, la ruina de sus antiguos sitios de recreo. Una parte fue tomada por las aguas de lluvia, que se concentraban en una especie de laguna, y solo apenas su sector este pudo ser resguardado para la práctica improvisada de béisbol y como lugar para la llegada de circos y atracciones mecánicas.
Su rescate para la ciudad, luego de dos décadas de olvido, se concretó al inicio de la década de los 90 de siglo pasado por iniciativa del gobernador Andrés Velásquez. Posteriormente y en sucesivos planes de inversión del Ejecutivo Regional y Alcaldía de Piar se logró remodelar y restaurar la infraestructura, con la adecuación de sus áreas verdes, caminería, cerca perimetral ciclón, techado del área cultural y la cancha deportiva, paisajismo, cantina, oficina administrativa de la Dirección de Deportes, mejoras eléctricas, de iluminación y construcción en fecha más reciente de su parque infantil y sala gimnasio de fuerza física, y gimnasio al aire libre.
Importantes festivales educativos, actos culturales de danza, conciertos de la Orquesta Sinfónica Infantil y Juvenil de Upata, conciertos de música tradicional, eventos deportivos de fútbol sala, voleibol, artes marciales, trote en sus espacios internos y externos, graduaciones de profesionales, actos religiosos, vecinales y hasta políticos, se realizan de manera permanente en estas instalaciones del Parque más emblemático de la ciudad, que ciertamente se quedó pequeño para la capital del municipio Piar, y donde se nota la ausencia de alguna réplica o escultura del Hijo Ilustre de Upata y El Manteco el artista plástico Alejandro Otero, guayanés de nacimiento, que vivió hace casi 100 años su infancia en la Villa y Valle del Yocoima.
No hay comentarios:
Publicar un comentario