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Upata actual. En julio del 2022. Enmarcada en un hermoso paisaje de colinas, sabanas y selvas.
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Av Valmore Rodríguez sector Tavera Acosta.
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Río Yocoima en julio de 2022.
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Plaza El Ejército.
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Av Raúl Leoni arteria vial principal de Upata.
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Bajando a la Valmore, al fondo Iglesia de San Francisco.
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En esta oportunidad, en este lluvioso año del 2020 DC, insertamos reflexiones en prosa, algunos datos, imágenes y versos alusivos a nuestra ciudad: su historia, legado, cultura y potencialidad social y productiva.
Un ventanal se abre y más de dos centurias
develan tu historia de tierra irredenta
Hoy te visten con tus mejores ropas
para celebrar tu aniversario
pero no es suficiente,
Hay cicatrices que nos recuerdan la infamia
a pesar de ello, hay quienes entonan para ti una canción de arraigo
que llevan en sus alforjas vivencias y recuerdos
eternizados en tu espacio vital
que aman tu biosonica de sonidos naturales
cantos de aves que presagian un abrazo de aguacero
O que nos alegran las madrugadas insomnes de los sueños.
Prefiero sentirte afable y risueña, mi tierra, mi flor de roca
tenaz y resiliente ciudad que no se doblega
que siembra y cosecha afectos de quien te estima.
Somos más que dos, multitud que danza
que te lleva como huella eterna que palpita.
Tu nombre, doscientos sesenta años
orlan tu frente, disfruta tu impronta.
Celebremos tu fiesta, cuando termine
cada quien a lo suyo
El tejedor de ignominia a oradar tu candor,
quienes te estiman y cuidan
a honrar tu nombre, Upata de mi corazón.
Daniel Ruiz Correa
Breve historia de una villa que primero fue tierra india
Up Ata Mi Tierra, celebra este viernes 7 de julio 260 años de historia, a partir de la fundación en 1762 de la que fue, junto a Barceloneta de La Paragua, las dos únicas villas de españoles, cuyo objeto era el de servir de asiento a familias hispánicas, en su mayoría canarias, y servir como base de operaciones administrativas y de seguridad de los Pueblos de Misión que en gran número surgieron y fueron organizados por los padres capuchinos catalanes en Guayana a partir de 1720, proceso que tibiamente había sido iniciado a finales del siglo XVII, a partir de 1682, según lo reseña en el año 2019 en el "Foro Guayana Sustentable Revista Informativa de Investigación Nº 19" el médico y periodista Atife Habib, entonces cronista oficial del municipio Piar.
Destacar además que además de su última y definitiva fundación en 1762, la que hoy celebramos, Upata ya había tenido un primer intento de poblamiento hispano e 13 de enero de 1739 impulsado por los padres capuchinos catalanes, bajo la protección o el patronato de Nuestra Señora de la Candelaria, que por lo penoso de la situación de sus primeros habitantes, asediados por las tribus hostiles, que con todo derecho defendían sus tierras, caribes principalmente, enfermedades tropicales, y la falta de apoyo logístico de parte de las autoridades administrativas y militares de España, resultó fallida.
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Afiche de la Alcadía alusivo al Aniversario |
A diferencia de las más estratégicas poblaciones de la región centro norte costera de Venezuela, donde la fundación de villas y pueblos la hicieron los conquistadores, sobre la base de la ocupación violenta de las tierras indígenas, en la región de los Llanos, y Guayana el proceso de poblamiento, es decir la fundación de pueblos y villas, le correspondió a diferentes congregaciones del catolicismo, que era la religión oficial de la Corona de los Austrias y los Borbones de España.
A esta orden clerical o congregación religiosa, la de los capuchinos, la Corona asignó en el inmenso espacio geográfico ubicado al este del río Caroní la tarea de evangelizar a las diversas etnias indígenas allí establecidas, indios guayanos, pariagotos, arinagotos, caribes, guaicas, entre otros, como forma "pacífica" de ocupación de los territorios que por "mandato divino, gracia de Dios, y derecho de conquista y colonización" consideraba como suyos el Imperio Español. Upata nace entonces un 7 de julio como villa de españoles, y le tocó desde aquel lejano 1762 jugar un rol estelar como el principal pueblo de los tantos que fueron fundados por los capuchinos en lo que se denominó Las Misiones del Caroní. Debido a su grato clima, , lo bien protegido de su valle, su ubicación privilegiada en la zona de contacto entre las cuencas del Yuruari al sur y Caroní Orinoco al norte, la calidad de sus tierras para la agricultura y la ganadería, y principalmente por el carácter "apacible" de los habitantes indígenas, que poblaban aquel valle y sus territorios aledaños, donde fueron fundadas primero las misiones de Santa María del Yecuario, San José de Cupapuy, entre Santa Rosa y San Lorenzo, al suroeste de la ciudad, y San Francisco de Altagracia, al norte, Upata nace con buenos augurios y de hecho ha podido sobrevivir y convertirse en la tercera población del estado Bolívar.
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Calle Monagas y Raúl Leoni al fondo. |
Mucha ha sido la historia de este pueblo o villa, primero como asiento de importantes unidades de producción de cultivos como el tabaco, café, caña, el aceite de copaiba, hatos ganaderos en sus inmediaciones. Luego como centro de operaciones y cuartel general del Ejército Libertador, que se estableció a partir de la toma de Upata por el general Manuel Piar el 6 de febrero de 1817, quien posteriormente nombraría al coronel y presbítero José Félix Sánchez como administrador de esta entidad militar, que fue fundamental para organizar la logística previa al contundente triunfo patriota de la Batalla de San Félix, dos meses después.
Luego de la independencia, agotada su riqueza ganadera y despoblados la mayoría de sus pueblos misionales, Upata entró en reposo y decadencia. Seguía siendo no obstante capital de Cantón, adormecida, y sin una base económica firme, con una infraestructura urbana muy precaria, a tal punto de que no queda huella alguna, arquitectónica e incluso de herramientas y objetos de interés histórico, en ese periodo que va desde 1817 hasta 1860, cuando por fin despierta de su letargo, y cobra vida gracias al impulso comercial y de transporte de carga terrestre hacia la zona minera de Nueva Providencia, Caratal, El Callao, Tupuquén, y la actividad de extracción del balatá en las zonas boscosas del sur guayanés, que tuvo en Upata un primer centro de operaciones y apoyo logístico.
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Centro de Upata desde el Calvario de la calle Bolívar |
Casas comerciales, y la labor encomiable de Don Pedro Cova, como promotor de diversos proyectos, como el primer periódico de Upata, la construcción de su cementerio, fundador de la logia masónica y otras obras sociales, así como el surgimiento de expresiones culturales en este pequeño pueblo, le devolvieron a la Villa del Yocoima su importancia en el concierto regional, a tal punto de que para finales del siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX, progresivamente fue adquiriendo mayor relevancia: mejorada un tanto su precaria infraestructura carretera, acueducto, mercados, escuelas, instituciones benéficas, y emprendimientos industriales artesanales, trapiches, papeloneras, queseras, alambiques, carpinterías, fabrica de jabones, curtiembre de cueros, entre otras, surgieron nuevas casonas con techos de tejas, que revitalizaron su centro histórico.
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Esquina de la Miranda con la Sucre fte a la Plaza Bolívar.
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Antigua esquina de Los Gómez, hoy comercio en construcción.
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Casa del Balcón entre Urdaneta y Sucre.
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Calle Piar, casona de la familia Vera, al fte casa tradicional de la familia Sosa.
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Calle Urdaneta desde el cruce con la Piar.
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Calle Páez, al fondo de una de las 9 Colinas de la ciudad.
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Viejas casas de pueblo en la calle Páez.
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Calle Vargas, al fondo el cerro El Corozo icónico relieve de la ciudad.
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Actividad comercial callejera y tráfico en la calle Piar.
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Progresivamente en los años y décadas subsiguientes, con el empuje de la industria siderúrgica, la minera del hierro, el oro, los no metales, el aluminio, las centrales hidroeléctricas, el resurgir de la ganadería vacuna, el incremento de la producción agrícola de yuca, maíz, frutales, hortalizas, la industria del aserrío de la madera, fabricas familiares de catalinas, torrefactoras como Café Yocoima, pequeñas empresas metalmecánicas, bloqueras, y el sucesivo crecimiento exponencial de las actividades del comercio, los servicios, las instituciones de gobierno, aquella pequeña villa de 3 mil habitantes en su centro urbano inició su despegue y expansión. Upata, mantuvo una discreta población de 4000 en 1931, que ascendió apenas a 4100 en 1941. Casi 7 mil en 1951. En 1961, a un año del Bicentenario en Upata residíann 12.753 personas. En 1971 se duplica casi, a 21 mil habitantes. En 1981 asciende a 32 mil personas. En 1990 concentra unos 46 mil habitantes. Para el 2000 Upata según el Censo posee ya 69 mil habitantes. En el último Censo Oficial en el 2011 su población ascendió a 83.748 habitantes. Se calcula para este 2022 para Upata una población cercana o superior a los 100 mil habitantes.