domingo, 16 de enero de 2022

Así lo sostiene Totó uno de sus fundadores: Carabobo un equipo con historia y garra: Patrimonio deportivo del fútbol en Upata


Carabobo FC el equipo más representativo del futbol local upatense, posando en el terreno del Simón Chávez, allí escenificó sus mejores juegos y torneos. Con sus uniforme amarillo. Junto a su DT Totó.


En Upata el fútbol vivió desde la década de los 80 del siglo pasado una época de esplendor en cuanto a la asistencia masiva de público y las rivalidades que se suscitaban en sus diferentes torneos locales y regionales. En aquellos tiempos eventualmente surgían expresiones de fanatismo extremo, con tánganas colectivas, en el campo de terreno los jugadores y en las tribunas del Simón Chávez los aficionados, que llegaban incluso a extenderse a las calles de la ciudad cercanas a ese coso deportivo.  
Reveladoras esas refriegas, rivalidades y discusiones de una pasión por el triunfo, que es propia del fútbol como disciplina deportiva más practicada a nivel mundial.
Estos momentos de tensión y rivalidades tuvieron como protagonistas en la Villa del Yocoima a clubes como Las Malvinas, Alaska, Santa Rosa, Banco Obrero, Salto Angel, Los Rosos, y el aguerrido Carabobo FC, un equipo que nació en un pequeño rincón enclavado a un costado del barrio Merecure, oculto entre las calles Unión y la prolongación de la Van Prag.
El Carabobo constituye en este contexto una de las organizaciones del balompié organizado más famosas de Upata, que comenzó su trayectoria deportiva  a partir de la segunda década de los 80, cuando esta calle de sector Merecure, la Carabobo, pasó a ser la sede de uno de los equipos con mayor cantidad de aficionados de la Villa del Yocoima. Gracias a su fama, a la calidad de sus jugadores y sus triunfos sucesivos esta oncena pasó a ser el equipo a vencer en las copas y torneos locales y regionales.
 
 

Por qué es especial Carabobo 
 

Precisamente para dar a conocer parte de la historia y logros del Carababo, Totó, ya en sus 70 años de experiencia vital, accedió a conversar con los profesores de la UNEG Daniel Ruiz, Josbel Gustiérrez hoy coordinador académico del Núcleo Upata Menca de Leoni, y Maury Ríos del área cultural de la UNEG.  Con su simpatía y ocurrente verbo este excelente promotor del fútbol  tuvo la cordialidad de rememorar algunos de los momentos estelares que vivió como director de ese emblemático club.  A continuación transcribimos la conversación que Totó como director técnico y fundado de Carabobo sostuvo con los profesores de la UNEG sobre la trayectoria, la historia de este equipo, patrimonio deportivo de la ciudad de Upata.

Una idea un proyecto un sueño llamado Carabobo FC


En referencia a Carabobo Alí Yépez "Totó", iniciando esta conversación con el equipo docente de la UNEG, recuerda que la idea de conformar una divisa de fútbol con jugadores locales de su pequeño sector de Merecure y otras zonas del centro de Upata, para que participaran en los torneos locales, comienza a gestarse en los años 80 del siglos pasado, cuando el balompié adquiere madurez como disciplina deportiva organizada en la ciudad, y comienza a convertirse en el deporte de mayor resonancia y con mayor fanaticada en la ciudad, incluso superando la tradición del béisbol y sus diferentes categorías.  
“Progresivamente el fútbol comenzó a consolidarse como la disciplina deportiva número uno de Upata, al igual que ya ocurría en ciudades hermanas como El Pao, El Callao y San Félix”, nos comenta Totó, quien nos transporta primero a la mítica rivalidad entre Carabobo y el club Las Malvinas, que tuvo su antecedente más lejano en aquel 3 a 0 con el cual Carabobo logró conquistar su primer campeonato, con goles de Buldog.  
Con su memoria clara para los apodos o sobrenombres más que para los nombres de sus jugadores Toto precisa que “ese triunfo data de 1983, cuando entran en escena jugadores de la talla del Tata,  Antonio, Pura, Choguí, Tocón, Guipa, Naná mi hijo, todos muchachos del barrio, que vivían aquí cerquita de la calle Carabobo, y que teníamos como sede de práctica un campo, un terreno chiquitico,  escondido, que mucha gente ni lo conoce y que ahora lo usan para practicar béisbol”.  
Esa rivalidad con Las Malvinas, sector no tan distante al nuestro, fue histórica, y se mantiene a nivel de las caimaneras y torneos master, donde todavía muestran destellos de su calidad de juego lo que en aquellos tiempos eran muchachos de altísimo nivel competitivo, y hoy todavía corren, marean, golean, o atajan como en sus mejores tiempos.  
 
Deportista integral
 
Antes de seguir con la gesta de su equipo Carabobo Totó se da un respiro y nos habla sobre sus orígenes como hombre del deportes. “Yo no soy de Upata soy del Perú de El Callao, zona de futbolistas, allí me inicié en el deporte hace más de 50 años. Después fui un deportista todero, practicaba no solo fútbol, también hacía boxeo, béisbol, bolas criollas,menos el basquet el tamaño no me ayudaba porque era un enano”.  
Agregó que después de esa primera etapa y de tantos años de practica deportiva improvisada a veces y organizada casi siempre, “en 1966 me encuentro aquí en Upata, y acá participé con el equipo Deportivo Upata, que era del señor Cristobal, español, antiguo dueño de la Zapatería Caroní que estaba allí por la calle Miranda, y Pepe Mosset un italiano. Después vendría el Italo como otro equipo de la localidad, que hizo del fútbol un deporte masivo, cuando casi no tenía espacio ni seguidores en la misma magnitud que otros deportes,  de más tradición en Upata, como el béisbol, el coleo, las carreras de caballo en el Hipódromo Las Guarataras, o las bolas criollas.  
 

En la categoría libre siempre fue destacadísima la actuación del Carabobo, y sus rivalidades históricas contra Las Malvinas, Santa Rosa, Merecure, Banco Obrero y otros clubes de tradición de la Villa del Yocoima.

El Carabobo sus inicios y logros
 
De Carabobo señala que como equipo surge en los 80, cuando desde la calle y el barrio decidieron dar los primeros pasos con las categorías menores, hasta que a mediados de esa misma década y comienzos de los 90 nuestros jugadores infantiles y adolescentes crecieron en tamaño y calidad de juego, dando comienzo a la época de oro del equipo en los campeonatos locales.  
En este punto del encuentro Totó nos lleva a la sala más especial de su vivienda y nos muestra parte de los reconocimientos y placas a las que se ha hecho merecedor por sus triunfos y trayectoria como jugador y DT sobre todo, donde las copas y trofeos conquistados por Carabobo, han desaparecido porque fueron destrozados por sus hijos cuando estaban pequeños y hacían travesuras por la casa.  
Sobre cuál fue su mayor logro o campeonato no establece mayores diferencias, todos fueron importantes. Sin embargo hace especial mención de un cuadrangular de fútbol en El Perú de El Callao, donde se enfrentaron a tres equipos de alto nivel: El Pao, que venía de ser campeón estadal de primera, y los locales Caratal y  El Perú.  “Alli jugamos la final contra El Pao, y fue bestial, nos fuímos a los penalty, cobramos 11 veces, fueron 11 goles seguidos de Carabobo y obvio ellos pelaron solo uno, fuimos los campeones, fue la final más dura, sacamos en hombro a nuestro arquero Marrón, él fue el héroe”.  
Recordó que las copas navideñas en Upata fueron siempre de las mejores: “ como una final en la que nos enfrentamos a Merecure, de acá de nuestro mismo barrio, pero más allá del puente, y ese equipo se reforzó con 5 importados de Sidor, y daba miedo, pero nada, a esa gente le metimos 4 goles y ellos solo anotaron 1, fue una gran victoria”. Como nota curiosa recuerda lo que llama “la traición de Bembeto, un sobrino que jugaba con nosotros y se fue del equipo y nos enfrentó, nos dolió pero luego le cobramos con triunfos ese desaire”.  
 


Placas de reconocimiento a Alí Yépez Totó por su aporte al fútbol local de Upata como entrenador y jugador en diferentes categorías.


Jugador emblema por excelencia: El Tata
 
En la conversación flotan igualmente otros recuerdos y entre éstos el de equipos rivales como Salto Ángel de Bicentenario, que tenía entre sus buenos jugadores al popular Nerón, y  Aquilino hoy médico. Pero volviendo a Carabobo reconoce que tuvo varios jugadores de altísimo nivel, él los llama emblema, como el Tata sin duda uno de los mejores de Upata, con experiencia profesional, también se refiere al Pura, y a un sobrino que mataron Anibal. “Obviamente que por calidad destacará siempre el Tata, ex de Mineros, campeón con ese equipo en el fútbol profesional creo en 1989”.  También citó al Pura, que estuvo 12 años en Zamora, quien hoy trabaja de vigilante en una mina de El Callao. Recordó igualmente a Ramón, un buen defensa y arquero que tuvo Carabobo.  Todos nombres de pueblo, nombres solo, sobrenombres, así los recuerda y así los reconoce.
 
- ¿El fútbol de antes era mejor, cómo lo valora con respecto al de hoy?- surge la pregunta necesaria.
 
- Cuando nosotros jugábamos las condiciones y la organización no estaban tan avanzadas como hoy en día, aquella época era más romántica, de pioneros, hoy las condiciones diríamos son mejores en ese sentido, se ha tecnificado, hay más seguimiento, hay gente dedicada al fútbol en lo táctico, técnico y la búsqueda de talentos, las profesionalización es positiva. Pero sí, añoramos esos torneos de nuestra época, cuando las rivalidades de los equipos acá en Upata eran tremendas, lamentablemente sí es verdad que en algunos años hubo cierta violencia en las tribunas y las calles, cuando terminaban los partidos o en plena acción por parte de fanáticos exaltados y eso repercutió negativamente. Pero de todos modos yo si creo que hay avance y se nota la diferencia, ahora hay muchachos muy buenos, antes no había ayuda económica, o era muy limitada, también porque todo era más barato que hoy, con colaboraciones, pequeñas ayudas, recolectas y hasta con lo que uno podía disponer se pagaban los uniformes y se cubrían los gastos, ya eso no se puede hoy, el costo es muy alto. Si no hay apoyo oficial o de empresas propiedad de gente que le guste, el fútbol no funciona.  
Añade El Totó que de esa época tiene el recuerdo de Topocho, del equipo de Libertador, que él mismo pagaba la inscripción, las franelas y hasta el arbitraje, hoy no es tan fácil cubrir esos gastos.
 
- Los torneos cuáles eran los mejores?
      
- Los dos torneos los principales sin duda eran el Santa Clara, que organizaba el difundo Nano, el marido de Consuelo, allá en Sierra III, que se hacía a mediados de año. De ese torneo Carabobo y Las Malvinas fuimos los únicos en repetir título, es decir tenemos dos cada uno, porque lamentablemente tuvimos la oportunidad de lograr otros tres, pero no pudimos porque terminaron empatados y en la decisión por penalty los perdimos, esa era nuestra debilidad, recuerdo que hasta mi hijo que era un gran jugador cobrando un penalty en el estadio Simón Chávez en una de esas finales envió el balón bien lejos, creo que atravesó un terreno vacío, cruzó la Ruiz Pineda y fue a dar al Tavera Acosta, todo un cohete, que nos dejó sin chance. Es decir eso de cobrar penalty no es tan fácil, ese arco grande se le pone pequeño a muchos, y eso le ha pasado hasta a los mejores futbolistas, así que pese a esas decepciones pasábamos la página y seguíamos luchando por hacer de Carabobo el gran equipo que siempre fue. El otro torneo por supuesto es el Navideño, que ya era para finales de año, en el último trimestre. Esa Copa la organizaba Franco Gagliardi, y esos campeonatos eran memorables, pero no tenemos nosotros un registro, quizás lo tenga el propio Franco, esa historia no ha sido contada.  
 
Totó recibiendo el trofeo de campeón en el torneo municipal Navideño, una cita obligada al igual que el torneo Santa Clara de Sierra III.

Historia menuda del fútbol local
 
De esas historias de la Copa Navideña rememora El Toto que: “Una vez Franco no pudo pagar completo el premio al ganador, en vez de un millón canceló al campeón Las Malvinas 700 mil y en castigo lo que recibió fue un nocaut del gigantón Memín, quien lo golpeó por no pagar completo". Pero eso quedó así, no pasó a mayores por el respeto que el voluminoso cuerpo de Memín le inspiraba a Gagliardi. Agrega que a partir de ese episodio Franco se retiró como organizador y prefirió dedicarse a los caballos, a la hípica. "Lo perdimos para el fútbol de competencia como promotor deportivo”, se lamenta Toto.   
Sobre los jugadores actuales, reconoció que no los conoce, perdió la cancha, "tengo problema cardíaco, uso un marcapasos y no he mantenido el seguimiento al fútbol. Aunque tenemos ahora el caso de Carabobo que recientemente quedó campeón ganándole a Las Malvinas".  
Considera que el Tata ha sido el mejor. “El Tata era guerrero, no se rendía, tenía mucha técnica, estuvo en todas las categorías profesionales, descató en Mineros, participó en nacionales, hoy todavía juega y bien, en los equipos máster, y sigue siendo excelente a pesar de sus cincuenta y tanto”.  
Sobre la fanática más extraordinaria la mejor de Carababo recuerda a Licha, pese a su avanzada edad siempre estaba aupando al equipo y era nuestra principal seguidora.  
Entre sus recuerdos atesorados en fotos y recortes de periódico destacaba las de Franco muy joven organizador de la Copa Navideño, y nos mostró otras donde aparecen retratados o en acción el Pelo e Cochino, Javier Gutiérrez de Las Malvinas, Carlucho, Cigarrito, Buldog,  al Chile Madera, el bigotudo de Bicentenario, con su voz gruesa, fanático de Carabobo, que  este amigo llamaba el Ferrocarril Amarillo, siempre presente en los partidos allí en el estadio Simón Chávez. Otros nombres le vienen: Alfredo Coronado el Tero, un arquero muy bueno, Pedro Longare, Toyo, Anibal, “son tantos que me falla la memoria”.
Sobre cómo era el proceso para darle forma al equipo en su indumentaria tradicional, rememora que  nada de telas sintéticas, esas no existían o eran muy caras para nuestros menguado presupuesto,  comprábamos las ovejitas, eran las baratas y buenas, y con pintura amarilla de aceite, con los moldes, pagando una caja de cerveza le cancelábamos la pintada al amigo Pedrito Linares.  
 
Carabobo aporto dos jugadores  al único campeón estatal de Upata
 
Los equipos a vencer en los estadales eran El Pao, y Minasoro, “una sola vez  Upata fue campeón en la máxima categoría, eso lo logramos en un solo torneo, con dos jugadores de Carabobo con Toyo y Giovanny, que fueron refuerzos nuestros al equipo de Alaska, único de esta ciudad que logró esa hazaña”.  
- Por eso hay que darle su mérito pero recordando que el aporte de los muchachos de Carabobo fue decisivo para el título. El otro título que nos genera satisfacción y gratos recuerdos fue el campeonato de fútbol menor, en el estadal de 1983, que ganamos, con un trabuco donde destacaba El Tata como ya les dije.  
Ya finalmente recuerda en los torneos locales las rivalidades de Carabobo, con Las Malvinas, Santa Rosa, Libertador, Merecure, Venalum y las tánganas que se formaban en el estadio por las decisiones arbitrales, por penalty, fueras de juego, expulsiones, tarjetas, y goles polémicos. Recordó un  partido donde hubo 10 minutos adicionales, “fue una trampa porque ganábamos 1 a 0, y era obvio que corrieron el tiempo para beneficiar al contrario que nos tenía contra la pared, y que bueno de tanto insistir nos empató y luego perdimos en los penaltis”.
Bueno así con estos breves relatos El Totó se despide, esperando que estas pequeñas historias no queden mudas en el tiempo. "El fútbol en Upata necesita de gente no solo que lo juegue y bien, y es claro que talento y grandes jugadores siguen saliendo de aquí, también en el fútbol sala. Pero necesitamos eso sí rescatar y difundir estas historias de nuestra pasión, y la de un pueblo y un barrio, por el fútbol. Gente que las cuente y las haga saber a las nuevas generaciones, porque somos patrimonio y nos llena de orgullo que nos recuerden así".
Y así será amigo Totó. En eso andamos. Recuperando la memoria y desterrando el olvido. Gloria y reconocimiento a este gran hermano del fútbol de la Villa del Yocoima, baluarte de esta disciplina deportiva, y a todos estos futbolistas y equipos de Upata como el Carabobo: que han escrito la historia menuda del balompié y que son patrimonio deportivo de la ciudad.

(Entrevista al Totó: Realizada por el equipo docente de la UNEG encabezado por los profesores Josbel Gutiérrez, Daniel Ruiz Correa, y Muary Ríos del Área de Cultura de la Universidad. Versión escrita por el autor del blog periodista Juan Ruiz Correa. Fotos de la colección del Totó)

1 comentario:

Unknown dijo...

En las gradas del Simón Chavez, en los torneos navideños se sentía la pasión por el fútbol, dónde la fanaticada apoyaba a los equipos
de sus comunidades. Cómo hace falta relanzar y repotenciar esos torneos