Iniciando este año 2022 el populoso y humilde sector de Sierra III, al este de Upata, presenta este aspecto en sus calles y espacios públicos, demostrativa las imágenes de que a pesar de sus casi 35 años de vida como zona residencial, todavía falta mucho por hacer, para que pueda alcanzar su consolidación.
Con una deficiente red de servicios básicos, irregular suministro de agua, fallas eléctricas, notable ausencia de sistema de aguas servidas, transporte colectivo intermitente, con escasas áreas de recreación, y espacios públicos no intervenidos adecuadamente para el disfrute de la población, sus 4 mil habitantes siguen esperando por la mano benefactora de los gobernantes para ver mejorada su calidad de vida.
En la secuencia gráfica mostramos no obstante las diversos rostros del sector, el grato de sus calles principales, asfaltadas y consolidadas parcialmente, el de sus callejones semirurales, repleto de arenales, lajas, el de algunas de sus vías en deplorable estado, y la descuidada fachada, por falta de mantenimiento, de su escuela pública la UEE Simón Rodríguez.
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Fachada de la Escuela Simón Rodríguez.
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Calles, caminos de tierra y mucho verde en esta zona residencial de Upata.
Además de cierto aire rural y pueblerino, alternado con algunas construcciones más citadinas, Sierra III es parte de la Upata en espera, que amerita mayor atención de parte de los organismos oficiales, donde las condiciones de vida de su gente más humilde no son las más adecuadas; y al lado de familias de ingresos moderados en buenas y confortables viviendas conviven otras con niveles de pobreza crítica, morando en ranchos inadecuados, y en medio de condiciones ambientales y humanas que propician el deterioro de su salud, y en algunos casos extremos problemas de índole social.
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Poco ha cambiado este camino de tierra en la frontera de Sierra III con el sector Santo Domingo II.
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Con una brisa tenúe, con un frescor inducido por la cercana serranía de El Toro y La Viuda, Sierra III sin embargo es zona grata para muchos grupos familiares que la valoran y la sienten como un espacio urbano especial para ellos, porque allí están sus raíces, sus pequeñas propiedades y sus experiencias de vida, y en función de ese patrimonio propio, colectivo y familiar despliegan sus mejores energías para llevar el sustento a sus hogares.
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Calle Progreso en dirección a Santo Domingo II.
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En un 70 por ciento las calles de Sierra III están asfaltadas.
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