Su viaje a Guayana desde Casiquiare en 1800 culminó en Angostura, de donde partió un 10 de julio de ese mismo año rumbo a Barcelona y Cumaná
Al respecto podemos destacar que Humboldt desde la comodidad de su estancia en su natal Europa, redactó conjuntamente con su amigo el francés Aimé Bonpland la obra "Viaje a las regiones Equinoccionales del Nuevo Continente", publicada en París en 1807, en la que describe su viaje a la Capitanía de Venezuela entre 1799 y 1800. En este libro aborda en uno de sus tomos la temática del poblamiento misional promovido por el Imperio Español en las tierras ubicadas al Este de Angostura, la capital de la Provincia de Guayana. Y hace mención además a la hidrografía, navegación, y estado de cultura de los pueblos indígenas que habitaban la región comprendida entre las costas orientales del Caroní, el Alto y Medio Cuyuní, hasta las desembocadura del Orinoco.
Llegada a Angostura
El naturista y geógrafo llegó a Angostura en la segunda semana de junio de 1800, luego de 75 días de viajes por los grandes ríos del Sur de la Provincia de Caracas, entre otros el Apure, Atabapo, Río Negro, Casiquiare y el Orinoco.
A su ingreso a la capital de Guayana fue recibido por el gobernador Felipe de Inciarte, y allí se alojó en casa del secretario de la Intendencia. Le pareció emocionante y gratificante después de tanto viaje por zonas despobladas encontrarse con una población integrada por 6900 personas. Su llegada se vio afectada por la enfermedad de su compañero de viaje Bonpland, quien durante un mes sufrió los rigores de las fiebres atóxicas tan comunes en aquellos tiempos, patología que también padeció Humboldt, pero en menor grado, y que pudo curar gracias al efecto de las bebidas medicinales de miel con extracto de quina del Caroní, que le suministraron como remedio natural. En Angostura también estuvo en una finca con cultivos de mango y árbol de pan Artocarpus incisa, perteneciente al señor Félix Farreras.
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Humboldt y Bonpland en el Casiquiare, según grabado de la época |
No falta en esta parte final del IV Tomo menciones a la presencia de los pueblos indígenas, sus relaciones con el régimen misional y sus contactos con la colonias holandesas de Demerará en la que luego fue Guayana Inglesa, la necesidad de dejar a un lado el sueño de un mítico Dorado basado en la existencia infundada de un lago y una ciudad repleta de oro, ya que hasta la fecha no había certeza acerca de la supuesta existencia de minas o yacimientos de oro en la región, y las historias recopiladas solo hacen mención a minerales de pirita o sulfatos de hierro, y otras piedras micaceas, carentes de este valioso mineral. No podía imaginar su errónea apreciación, dado que jamás visita la vasta región del Yuruari y el Cuyuní, para intuir o concluir que, contrariamente a sus impresiones basadas en el conocimiento de la época, aquella zona si estaba repleta de vetas y aluviones auríferos, tal como se comprobó a mitad del siglo XIX. Es decir este territorio, antes administrado por el régimen de misiones, revelaría cinco décadas después de la visita de Humboldt a Guayana su riqueza aurífera, dando inicio a una actividad de extracción minera de rango mundial, que por siglo y medio sigue siendo significativa para la República. Aunque en honor al Sabio alemán debemos indicar que en su libro citado sí deja abierta la posibilidad de que en la región se encontrasen algunos depósitos aluvionales y vetas de cuarzo aurífero..
Upata en la obra de Humboldt
De Upata qué dice o afirma en su libro el sabio berlinés. Sencillamente la menciona sin entrar en detalles sobre su valle y condiciones de vida, ya que sus comentarios y datos los ubica en un contexto más amplio, referido al entorno regional de las misiones. Esta villa aparece mencionada 5 veces en el tomo IV, que vamos a resumir a continuación:
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Mapa del cantón de Upata en el siglo XIX. |