viernes, 10 de diciembre de 2021

Upata decembrina: Así está la Villa del Yocoima en la antesala del Año Nuevo

Calle Sucre a una cuadra de la Plaza Bolívar

Redoma de la Rafael Caldera, Av Rómulo Gallegos con Valmore Rodríguez.

Calle Orinoco une las avenidas Raúl Leoni con la Valmore Rodríguez.
Entrada al Obelisco, al fondo Edif Yocoima.
Entrada a la 19 de Abril frente al Morales Marcano.
 
Calle Beneficiencia en ruta a Van Prag e Independencia.
  
 Plaza Bolívar en la antesala de un acto oficial del Gobierno Local.

Sin el bullicio ni el ruido de sus carros en sus vías principales, ausentes las colas en su casco central y calmada, así se encuentra la ciudad de Upata en este inicio del mes de diciembre del 2021. 

Salvo su siempre alborotada y muy animadas calles Miranda e Independencia, Upata en horas diurnas nos regala estampas propias de el pequeño pueblo que era en los 60, 70 y 80 del siglo XX, cuando sus calles se encontraban por lo general solitarias ante su entonces reducido parque automotor. 

En esta oportunidad las imágenes retratan mejor que mil palabras el día a día de sus urbanismos, avenidas, plazas, edificaciones y espacios públicos, en estos tiempos de pandemia y de merma considerable en la capacidad de compra de miles de familias. 

 

Inmueble en construcción en la calle Monagas ruta a la Perimetral.

Calle Monagas frente a la UEN Santo Domingo ruta a Santo Domingo II.
La famosa Plazoleta de la calle Vargas, al fondo el pequeño Cerro El Corozo, atalaya natural del Casco Central de Upata.

Este centro comercial en la calle Ricaurte ocupa el terreno donde por décadas estuvo la sede del Colegio María Inmaculada de Upata.


Calle Miranda a media cuadra de la Plaza Bolívar, con más peatones que vehículos, escena típica de estos tiempos de pandemia y falta de combustible.

No obstante la Villa, la ciudad del Yocoima, no renuncia del todo a sus inversiones inmobiliarias, a su dinámica económica y al vaivén de su población en torno al sector del comercio y los servicios, que siguen siendo las actividades básicas de la población que da sustento a sus emprendimientos y a una demanda no tan grande como en tiempos pretéritos, pero que tiene la vitalidad propia que obtienen miles de sus pobladores de lo que aquí se denomina la "mina". 

Porque por bendición o maldición, según la óptica de quien lo reflexiona, buena parte de su juventud y su fuerza de trabajo aparte de emigrar a otros países de la América del Sur, tienen en la minería del oro que sigue en auge en sus zonas auríferas cercanas, una fuente de ingresos significativa, que favorece el incremento exponencial del circulante monetario, y el que muchos negocios aún en medio de esta crisis económica bestial se mantengan e incluso se expandan. 

En este contexto no resulta extraño en consecuencia que se sostengan, amplíen y surjan nuevos negocios en el sector de los alimentos o víveres secos, charcuterías, tiendas de electromésticos y equipos electrónicos, centros de servicios tecnológicos, medios de comunicación radial, almacenes, zapaterías, algunas franquicias, ferreterías, entre otros.  

Muy significativo en especial el crecimiento de las farmacias que han multiplicado y ya sobrepasan las 20, repartidas en sus principales avenidas y el centro de la ciudad, y en el enorme peso que el servicio del transporte en bus, vehículos de paseo y en motocicletas. También es enorme el peso de las ventas caseras o ambulantes de víveres y servicios sigue teniendo como alternativa para el sustento del upatense, cuando el salario de un trabajador promedio, sobre todo del sector público, representa como ingreso mucho menos del 5 por ciento de lo que necesita para su supervivencia y el de su grupo familiar.

La serena silueta del Cerro El Toro, desde el sector Las Llaves vía Upata Guasipati.

La Casa del Balcón y la calle Sucre frente a la Plaza Bolívar.

Caminantes en la Plaza Bolívar.

   

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