viernes, 26 de marzo de 2021

Marzo o el vaivén de una sequía que no termina de llegar

Bosque de galería y sabana sobre suelo pedregoso y en pendiente, en un paraje colinoso del cerro El Toro. La imagen es del 25 de marzo de 2021 en un día de intensa insolación, sin lluvias.
Hasta el 14 de marzo, el clima en Upata se mantuvo como el resto del año, en plena temporada de sequía persistían las bajas temperaturas decembrinas o de enero, acompañadas con lluvias intermitentes moderadas, muy leves algunas, y otras como las de 12 y el mismo 14, fueron auténticos aguaceros, con caídas pluviométricas por encima de los 10 litros por metro cuadrado ambas, incluso la del 14 alcanzó un registro diríamos que histórico, pues ese día el chaparrón de media a 45 minutos aproximadamente provocó entre 30 y 40 litros por metro cuadrado.
Después de esa fecha el 14 de marzo en el preámbulo de la Semana Santa la tendencia al clima fresco, inusual, extraordinario, se revertió un poco, al comenzar a incrementarse progresivamente tanto las mínimas de 19, 18 o 20 grados a 21 o 22 grados. Las máximas se hicieron más altas, ya tuvimos precisamente el 25 de marzo un registro de 33 grados, la mayor del año, y de 20 de marzo en adelante, coincidiendo con el Equinoccio de Primavera en el hemisferio norte, hemos tenido máximas en torno a los 31 y 32 grados, con tendencia aparente a subir. Mientras que el promedio diario supera ya los 25 grados y coquetea con los 26 grados, que es lo normal en estos meses de la temporada de sequía. 

El viernes 26 de marzo nuevamente volvieron los cielos nublados, y las lluvias de moderadas a débiles en el Valle del Yocoima, ese día la temperatura refrescó bastante, con una máxima de apenas 28 grados.
El 26 de marzo no obstante esta tendencia a la entrada definitiva del calor extremo tomó una pausa, ya que el día se mantuvo fresco, con una máxima que sólo alcanzó los 29 grados, a mitad de la tarde descendió a 27 y para las 6 pm el termómetro bajó a los 25 grados. Al mismo tiempo desde el mediodía comenzaron a registrarse pequeñas lloviznas en sectores del valle del Yocoima, y a las 3 y 4 de la tarde el tiempo nublado era la constante, con lluvias débiles y moderas que se desataron sobre todo al norte, y oeste de la ciudad de Upata. Este tiempo lluvioso acompañado de vientos fuertes provocaron que  nuevamente el clima agradable hiciera su aparición en Upata, lo cual fue un respiro después de dos días de intenso calor.
En cuanto a las lluvias desde el 14 de marzo sólo se registraron algunas intermitentes a débiles en el valle de Yocoima, mas en las zonas al norte, oeste y sur de la ciudad sí han ocurrido lluvias un tanto más fuerte, incluyendo una con actividad eléctrica, truenos, lo cual es más extraordinario aún. Con todo tenemos hasta el 26 de marzo un acumulado de lluvia de 65 mm, uno de los registros más altos de las tres últimas décadas en Upata.
Inicio de la floración de una policourea, en la sabana colinosa del cerro El Toro.

El 25 de marzo la cañafístola aún mostraba su floración de la temporada de sequía, el ejemplar de la especie se encuentra en la cima del cerro El Toro.

A pesar de esta temporada atípica de extensión de la temporada húmeda y temperaturas frescas con promedios de 25 grados en marzo, los ciclos de floración de las especies de plantas silvestres y urbanas se cumplen, ya los masaguaros en febrero desplegaron sus flores y nuevamente exhiben el verde intenso en su follaje. Desde finales de febrero comenzó la del araguaney, ahora en la cuarta semana de marzo la cañafístola volvió a florecer, al igual que lo han hecho entre otras las especies de sabana mandingo o carne asada, el chaparro, el alcornoque, y la pequeña policourea. otra especie achaparrada propia de nuestras colinas pedregosas.
En lo alto del cerro El Toro paisaje de sabana, en suelo pedregoso, típico de estas colinas al este de Upata.

El valle del Candado desde el topo del cerro El Toro, en la mañana despejada del jueves 25 de marzo, en un día de intensa insolación y sin lluvias.

Incendios forestales, muy pocos reportados, solo uno de pequeña extensión cercano a la cima del cerro Guacarapo y algunos otros en uno de los valles altos del cerro El Toro. Algunos árboles silvestres mudando sus hojas, otros desprovistos de éstas como el bototo que todavía está en floración, o el indio desnudo medicinal que lleva ya dos meses sin hojas y repleto de sus pequeños frutos esféricos. En la zona urbana algunos robles, caobos y cedros comenzaron a mudar también las hojas, y el samán además de ofrecer su hermosa flor de tonos rosados o rojos con blanco, muestra en algunos ejemplares una espectacular copa de un verde intenso en pleno inicio de las calenturas de marzo abril.
En cuanto a la fauna autóctona ya las chicharrras se comienzan a escuchar en algunos parajes cercanos a la ciudad y hasta las golondrinas que se establecieron permanentemente en el valle, y dejaron atrás sus hábitos migratorios, se dejan ver en los tendidos eléctricos, al igual que la no tan abundante pero excepcionalmente bella tángara viudita, una Thraupidae, de la misma familia del azulejo, comienza a pasearse por los jardines y patios de la ciudad. Los cristofué, las paraulatas, incuso los alcaravanes,  las notamos calladas, pocas se dejan ver o escuchar, y las que sí abundan en esta época, entre otras, son los pecho amarillos, los tordos o negro luis, los canarios de tejado, siempre visibles en grupos, los solitarios pes pes o gonzalitos, los carpinteros jabaos y las potocas.
Sabana y matorrales al fondo, con las hierbas reverdeciendo luego de una quema forestal, una de las pocas en los parajes silvestres del cerro El Toro, en Upata.

Marzo eso sí sigue ventoso como siempre, con el añadido positivo de ser en este año 2021 un mes con un cielo transparente, lo cual es atípico, ante la ausencia generalizada de incendios de vegetación, y la moderación de polvo en la atmósfera. Abril nos cae encima, es un mes todavía seco durante temporadas de normalidad climática, con tendencia a marcar el inicio de las primeras lluvias después del 15, preludio de meses más húmedos como lo suelen ser acá en Guayana mayo y en especial junio, que marca siempre a mitad del año, y con el Sol alto al norte, el comienzo de la temporada de lluvias. Junio siempre será uno de los meses más frescos, debido a esos grandes aguaceros y tormentas que lo caracterizan, y posiblemente por la influencia de corrientes de aire frío provenientes de sur de América, que suavizan la temperatura y que coinciden con muchas jornadas de nubosidad permanente y obviamente baja insolación.
Así que a esperar, y prepararse posiblemente para una época lluviosa intensa y difícil, sobre todo si persiste la falta de mantenimiento de los drenajes urbanos y las quebradas que tributan al río Yocoima. Ojalá y una lluvia extraordinaria como la de aquel cercano 31 de agosto del 2021 no nos sorprenda.   

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