Por los alguna vez espesos bosques, que en su mayor parte han sido intervenidos desde hace más de un siglo, por agricultores y ganaderos, la población de Sabaneta se enlaza con Montaña de Lino y Buen Retiro. En un tramo carretero que como todas las vías rurales del municipio Piar se encuentra hoy en condiciones no óptimas debido al deterioro que provocan las lluvias y la falta de mantenimiento de las vías.
Paisajes de Guayana adentro, más allá de Sabaneta hay un camino de tierra y granzón, una ruta histórica, de tradición, que nos lleva a los parajes de selva, pastizales recientes, pequeños y grandes fundos ganaderos, conucos sobre las empinadas cuestas. Es la vieja ruta al sector La Argentina, al cruce del Chihuaco, o a la ruta no tan lejana a Buen Retiro, es también el camino que nos lleva al más lejano Montaña de Lino. Son tierras rojizas, bajo un calor abrazador o con frecuencia refrescado el clima con la humedad de los grandes aguaceros que de junio a noviembre permiten el respiro de la vida silvestre, de las siembras y el engorde del ganado. Por esta zona de Upata hay silencio y trabajo duro de campo. Por fortuna no hay minas depredadoras, su relieve y sustrato es el propio de Imataca, suelos rojizos de hierro y un tanto más claro de los aluminosilicatos. Peñasco surgen de pronto como en toda esta provincia geológica, rocas metamórficas, gneis, granulitas y eventualmente por las lomas cuarcita ferruginosa. A línea recta, ya entrando al cruce de Montaña de Lino, apenas a 10 kilómetros están las cerros ferríferos de El Pao. Esta zona depende de Upata, en lejanos tiempos llegar hasta sus fincas era cosa de valientes, en burro o a pie, por una montaña, un bosque denso, donde se escuchaban eventualmente fieras salvajes, cafetales habían protegidos por los corpulentos árboles, y quebradas pocas, a pesar de la lluvia, más bien esto es tierra de lagunas, tapones y algunos humedales de vegetación herbácea.
Hoy el camino es transitable a medias, o en condiciones duras, cuando
hay patroleo se llega rápido, cuando no y llueve copiosamente los carros
sufren, por eso se necesitan vehículos todo terreno preferiblemente.
Esta no es zona de gran tránsito, ahora menos con la recurrente falta de
combustible. No obstante los obstinados productores rurales no la
abandonan, aquí están establecidos. Recuerdo que hicimos un último
recorrido o paseo allá por el año 2016, en un viaje familiar hacia el
fundo de la familia Muñoz, donde la amabilidad y don de gente del tío
Manuel y su prole nos recibió y atendió con afecto y buena comida
campestre, la infaltable cachapa.
Aquí en esta galería de imágenes
mostramos ese paisaje serrano, inquieto, que conforma parte de nuestra
extensa geografía rural. Un escenario para la actividad humana que bien
podría ser más armónico con el necesario deber de conservación de muchos
de estos bosques protectores de cursos de agua y asientos de
biodiversidad. Será siempre tarea de nuestros campesinos, hombres y
mujeres de trajinar y apego por sus tierras, preservar estos paisajes, y
equilibrar sus explotaciones agropecuarias con la valoración de los
ecosistemas silvestres que también merecen ser conservados.
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