miércoles, 2 de septiembre de 2020

Quebrada de El Caballo el 2 de septiembre de 2020 en su cuenca alta Cerro El Toro



Así se encuentra la quebrada de El Caballo el 2 de septiembre del 2020, dos días después de las lluvias extremas que azotaron a Upata. Éste es el aspecto de este curso de agua cuando sobre sus nacientes en el Cerro El Toro caen copiosas lluvias, que alimentan su caudal de manera significativa. 
Pero aguas abajo en la ciudad el panorama de la quebrada es otro, allí se convierte en un torrente cercado por la expansión urbana y la irracional construcción de viviendas y otros inmuebles en parte de lo que fue su zona protectora y área sujeta a inundaciones periódicas. 
La contaminación por residuos domésticos, que son vertidos directamente, la acumulación de sedimentos, escombros y basura, lo convierten antes de tributar sus aguas al río Yocoima, en un cuerpo hídrico de alto riesgo para quienes viven en sus cercanías, y periódicamente deben sufrir inundaciones, enfermedades y angustias. 

Hay que detener deforestación en el Cerro El Toro y en bosque protector de la Quebrada

Esta quebrada de El Caballo es un patrimonio natural sumamente golpeado por la intervención humana, no sólo en su cauce inferior sino incluso en sus nacientes y cuenca alta, debido a la presión de las actividades agrícolas y la pequeña ganadería que lo contaminan y deterioran ambientalmente. Para colmo su zona protectora, su hermoso bosque de galería está siendo progresivamente degradado por el corte ilegal de árboles para extraer leña, y con ello se está afectando su biodiversidad de flora y fauna.  
Ante la indiferencia de las autoridades y la falta de conciencia colectiva es necesario frenar el progresivo deterioro ambiental de nuestro principal patrimonio natural de Upata, que está siendo devastado en sus formaciones boscosas, afectando su biodiversidad de fauna y flora, y sus cuerpos de agua. Imágenes evidencian magnitud de la devastación, que debe ser frenada para que las nuevas generaciones puedan seguir disfrutando de este importante escenario natural de Upata.

Necesario es el llamado de alerta y apelar a la conciencia pública para evitar mayor degradación a nuestro patrimonio natural. El cerro El Toro está siendo afectado por la deforestación  progresiva, sistemática y silenciosa. 
Sus bosques protectores de quebradas y en laderas son talados  a un ritmo vertiginoso para ampliar conucos y extraer leña sin control alguno y sin atender magnitud del impacto ambiental que provocan; y no hay autoridad ambiental ni representante de los entes gubernamentales que se ocupen de poner freno a esta devastación de su frágil equilibrio ecológico. 
Repetimos las imágenes son elocuentes. Debemos frenar este ecocidio y sensibilizar a nuestros hermanos campesinos  pisatarios del cerro y sus valles a practicar una agricultura sustentable y más respetuosa del ambiente, ya que el ecosistema donde habitan es sumamente sensible ante una expansión incontrolada y agresiva de las áreas de cultivo. Sobre todo porque ocupan tierras ubicadas en pendientes, con suelos ácidos y que además forman parte de zonas protectoras de cuerpos de agua.  

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